Eurocopa 2016

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Cristiano Ronaldo, un año de oro

El valor de los títulos le lanzan en la carrera por el premio al mejor jugador de 2016

Cristiano Ronaldo saluda a los aficionados en Lisboa
Cristiano Ronaldo saluda a los aficionados en Lisboa - AFP

Sin ser relevante en el juego, que hubo más bien poco, Cristiano Ronaldo fue el hombre de la dramática final de París, torturado primero por la entrada de Payet que le dejó fuera de combate (sufre un esguince del ligamento lateral interno y se puede perder la Supercopa del 9 de agosto) y erigido en líder espiritual desde la banda, mucho más que un capitán para alegría de Portugal. Después de la llantina, justificada por el dolor y por la sustitución, el madridista terminó la noche en la gloria, compensado por el heroico triunfo de su selección ante la musculosa Francia de Deschamps. Le faltaba esa foto, años y años buscando el momento, por fin exultante defendiendo la bandera de su país. La Eurocopa sirve, además, para completar un curso magistral en lo que a palmarés se refiere, pues a este título inesperado hay que sumarle la Champions con el Real Madrid. Un año de oro.

En julio, en tiempo de chiringuito y descanso, ya se ha activado la maquinaria por lo que pueda pasar a principios de enero, que es cuando se entrega el Balón de Oro en Zúrich. Hace tiempo que esa gala es casi de todo menos fútbol, con una tremenda alfombra roja para exhibir traje, marcas, joyas y explotar el autobombo, pero no deja de ser un evento en el que se reconoce al mejor jugador del mundo entre las votaciones de los capitanes de las selecciones, los entrenadores y los periodistas. Sin que quede claro qué argumentos se utilizan, a estas alturas Cristiano parece estar por delante que el resto, fundamental para los éxitos de su club y también en los de su país.

Con el Madrid, 51 goles

Como en estos casos suele funcionar el forofismo, siendo las campañas de un color u otro en función del origen, la temporada de Ronaldo se puede explicar en números, como siempre estratosféricos. Sucede que se comparan con otras campañas aún más brutales, pero lo cierto es que el portugués ha logrado 35 goles en la Liga, únicamente superado por el azulgrana Luis Suárez (40). Además, en la Champions llegó hasta los 16, cerca de su mejor registro, y levantó el trofeo por tercera vez, autor del gol en el penalti decisivo de la tanda contra el Atlético. Y llegó la guinda en París, en un torneo en el que Portugal ha triunfado a base de oficio y compromiso. Ronaldo aparcó buena parte de su ego y ejerció más que nunca de líder, carismático a más no poder en el vestuario de Fernando Santos. Después de un gris estreno ante Islandia, falló un penalti contra Austria y apareció por fin contra Hungría con dos golazos, especialmente precioso el de ese taconazo que mantenía con vida a su grupo. Ya en semifinales, un salto hasta el cielo abrió la puerta de la victoria contra la Gales de Bale, y de la final ya se ha contado prácticamente todo. No jugó, pero lo hizo su espíritu. «Nos ha pedido que ganáramos por él. Es un placer tener en tu equipo al mejor jugador del mundo», desveló Pepe, también doble campeón de Europa.

Cristiano nunca ha ocultado que le mueven los premios, obsesionado en ampliar palmarés desde ese gen competitivo que tiene. Posee tres Balones de Oro y ha puesto la directa hacia el cuarto, enfrascado en la pelea de siempre con Messi. Este galardón ha pasado a ser un cara a cara con algún invitado de excepción, y en ese sentido, con la objetividad de las cifras, tiene algo más de ventaja. Messi, marcado por una lesión, finalizó la Liga con 26 tantos, lejísimos de sus guarismos habituales, aunque fue campeón con el Barça. Además, hizo seis en Champions, cinco en Copa (también la ganó), dos en la Supercopa de Europa, uno en la Supercopa de España y otro en el Mundial de Clubes. La temporada ha terminado con sabor amargo para él, errático en la tanda de penaltis de la final de la Copa América ante Chile. Argentina se le resiste.

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