Los positivos por Covid marcan un duelo de defensas

Tras lograr un valioso empate frente a España subidos a un autobús indestructible de ingeniería sueca, los escandinavos están obligados a modificar su planteamiento para derrotar este viernes a la también cerrada Eslovaquia en un duelo marcado por la covid-19. Si los nórdicos perdieron hace días a Dejan Kulusevski, uno de sus mejores jugadores, y Svanberg, los centroeuropeos se quedaron este jueves sin el concurso de Denis Vavro, defensa cedido la pasada temporada por la Lazio al Huesca pero inédito en la primera jornada ante Polonia, y de un miembro de su dirección técnica.

Las dos selecciones a priori más flojas del grupo E, sustentadas por dos zagas casi inexpugnables, se enfrentan en San Petersburgo con el sueño de pasar a octavos intacto. No es casualidad que dos centrales fueran designados los mejores en los duelos inaugurales del grupo. En el sembrado de La Cartuja, Victor Lindelöf fue la estrella de un duelo en el que los suecos resistieron a una posesión de La Roja del 75% e incluso tuvieron dos ocasiones pintiparadas para ganar. En tierras rusas, el eslovaco Milan Skriniar defendió como un coloso y marcó el gol del sorprendente triunfo ante Polonia. El zaguero del Inter arrebató todo el protagonismo a Robert Lewandowski.

Ambos pilares, habituales de la Liga de Campeones, son los patrones de sendas líneas defensivas. «Yo diría que soy un jugador tranquilo sobre el terreno de juego. Eso me define bien», se describió el sueco del Manchester United, de 26 años. Titular junto a Harry Maguire en los 'diablos rojos', Lindelöf estaba habituado a jugar junto al veterano Andreas Granqvist en la selección. Pero la falta de ritmo del antiguo capitán de 36 años, a menudo lesionado estos últimos meses, provocó que se rompiese el binomio de cara a la Eurocopa. Aunque con Marcus Danielson no fue necesario un tiempo de adaptación: los dos jugaron juntos en el Vasteras, entre 2009 y 2011, en la tercera y en la segunda categorías de Suecia.

Para Eslovaquia, la influencia de Skriniar, de características similares al sueco (1,88 por 1,87 de estatura), no se limita a la defensa. El portugués Paulo Sousa, seleccionador de Polonia, reconoció que tenía un plan para desactivar al campeón de la Serie A en las jugadas a balón parado, una faceta en la que el central de 26 años se agiganta. Una pequeña desconcentración y Skriniar no perdona. «Realizó un gran partido», valoró su entrenador Stefan Tarkovic.

El rendimiento de la defensa sueca no puede explicarse sin hacer referencia al portero Robin Olsen, autor de cinco paradas clave ante España. «Estuvo fantástico. Es agradable tenerlo detrás de uno», reconoció Lindelöf. Olsen sale de una temporada en el banquillo (solo 11 partidos jugados) en el Everton, cedido por la Roma, donde no llegó a imponerse desde su traspaso en 2018. Y el lateral Ludwig Augustinsson, por su parte, sufrió el descenso en la Bundesliga con el Werder Bremen.

Por su parte, los eslovacos Tomas Hubocan (35 años) y Peter Pekarik (34 años) forman un dúo de laterales de los más longevos del torneo. El primero, que pasó por el Olympique de Marsella, anunció su retirada internacional en 2019, antes de dar marcha atrás en su decisión unos meses después, convencido por un Tarkovic acuciado por la falta de soluciones de garantías para el puesto. «La fuerza de Eslovaquia está en el colectivo. Es un equipo muy organizado, poderoso contraataque. También le va bien tener el papel de secundario», analizaba Sousa antes de la derrota de su equipo.

El viernes, los Halcones cuentan con una oportunidad de oro para sellar su pase a octavos en caso de victoria. Pero los escandinavos tampoco quedarían muy lejos del objetivo en caso de sumar los tres puntos. Pero ya vale solo con mantener su portería imbatida. Hay que marcar y demostrar que Suecia tiene un plan B.