Eurocopa

El poder y pragmatismo de Inglaterra marcan la pauta

Boris Johnson lidera la euforia británica, pide traer ya el ‘trofeo a casa’ y se plantea conceder la Orden del Imperio Británico a Southgate y sus jugadores

Harry Kane celebra su gol contra Dinamarca con la hinchada de Wembley AFP

Ignacio Tylko

Inglaterra ya tiene la final con la que soñaba en Wembley . Los pragmáticos ‘Three Lions’ contra la camaleónica ‘Nazionale’, el anfitrión frente a una selección levantada desde sus cenizas. Por eso levita desde esa polémica victoria contra Dinamarca (2-1) en la prórroga que le regaló la posibilidad de luchar al fin por una Eurocopa . Más de medio siglo después de ganar su Mundial con los míticos Gordon Banks, Jack y Bobby Charlton, Bobby Moore o Geoff Hurst, los ingleses acarician al fin un segundo gran título por increíble que parezca. Ahora más que nunca, ‘ Football’s coming home ’.

El resultadismo se impone en el Reino Unido. En la cuna de los valores del ‘fair play’, pocas referencias a ese extraño penalti sobre Raheem Sterling que noqueó a Dinamarca. Tampoco al juego discreto del combinado de Gareth Southgate , técnico muy poco intervencionista en el desarrollo de los partidos. Apenas se analiza por qué ese dibujo 4-2-3-1, con Declan Rice y Kalvin Phillips tan paralelos en el eje de un centro del campo muy plano, genera tan poco fútbol. Ni se explica por qué si Harry Kane no retrocede para enganchar y Sterling no entra en escena, los ‘Three Lions’ se vuelven inofensivos.

Lo único que cuenta es la clasificación, que ocupó este jueves las portadas de todos los diarios, con la excepción del ‘Financial Times’. Las publicaciones competían en superlativos . «Inglaterra hace historia», –escribió ‘The Times’– 55 años después del triunfo en el Mundial de 1966, su único título. ‘The Sun’ hizo alusión a la que es «probablemente la mejor sensación del mundo», parafraseando al conocido eslogan de la cerveza danesa Carlsberg, mientras para el ‘Daily Star’ esta victoria es «el mayor sueño de todos los tiempos». «Es un sueño para Inglaterra», insistía en esa línea ‘The Guardian’. Ante la histórica clasificación, diarios como el ‘Daily Mirror’ y el ‘Daily Express’ hacían juegos de palabras con «final» y «finalmente».

También los políticos británicos se deshicieron en elogios. El primer ministro Boris Johnson , que el miércoles por la noche vistió la camiseta blanca de la selección inglesa en Wembley, destacó la «fantástica actuación del equipo de Gareth Southgate», pidiendo en Twitter que traigan el trofeo «a casa». En el canal Sky News, su ministro de Finanzas, Rishi Sunak, calificó la victoria de «momento fantástico para el país» y un recordatorio de «cómo era la vida antes del coronavirus». «Esto nos une», añadió Sunak en declaraciones a la BBC, y beneficia a la economía: se ha permitido que los pubs permanezcan abiertos más tiempo el domingo, para no frustrar a los aficionados en caso de prórroga ante Italia.

Mientras, ondeando la bandera roja y blanca de Inglaterra con una mano y con su inseparable cerveza en la otra, miles de orgullosos aficionados lo celebraron por las calles , desafiando las normas anticovid a pesar del repunte de las infecciones debido a la variante Delta. Algunos incluso treparon hasta los techos de los típicos autobuses rojos de dos pisos en Londres.

Escocia sí pone peros

Según la publicación 'Politico', un triunfo contra Italia podría llevar al gobierno a conceder la Orden del Imperio Británico (MBE) al seleccionador de Inglaterra, Southgate, y a varios jugadores. Empero, el estado de ánimo era mucho menos eufórico en Escocia, región británica con un fuerte movimiento independentista y cuya selección fue eliminada en la fase de grupos. Para la edición escocesa del tabloide ‘The Sun’, Inglaterra solo llegó a la final gracias a «un polémico penalti», transformado en dos tiempos por el capitán Harry Kane.

Los ingleses, poderosos en todos los ámbitos, tienen todo a favor en este torneo. Para empezar, seis partidos de siete como locales en una Eurocopa paneuropea y sin fronteras, aunque el Reino Unido restringe los viajes desde otros países. De nuevo, el domingo contarán con un estadio entregado a su causa, con más de 60.000 aficionados , probablemente «la mayor multitud congregada para un evento deportivo en Reino Unido desde hace 15 meses», como prometió el gobierno británico los últimos días. El aforo, aumentado con ocasión de las semifinales y de la final, ya alcanzó 64.950 espectadores el miércoles, según la UEFA. Johnson permitirá esta vez volar desde el país transalpino a 1.000 italianos . Testimonial.

Enfrente, un enemigo que afronta la cuarta final de un gran torneo desde el año 2000, señal inequívoca de la gran regularidad de la campeona de Europa en 1968 y de la cuádruple campeona del mundo . Esta es la Eurocopa de la reconquista para los ‘azzurri’ tres años después de su ausencia en el Mundial de Rusia, una catástrofe nacional. Tras enderezar el rumbo guiados por Roberto Mancini y con 33 partidos seguidos sin perder, confían en reeditar el éxito de Portugal en 2016, cuando los lusos aguaron la fiesta a la anfitriona Francia.

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