«España vive del balón y no será fácil arrebatárselo»

En enero, Víctor Sánchez descolgó el teléfono y recibió una oferta de trabajo: ¿le gustaría integrarse en el nuevo staff técnico de la selección de Polonia ? No tuvo que pensárselo mucho porque suponía volver bajo el paraguas del portugués Paulo Sosa, seleccionador del combinado centroeuropeo y hombre con el que empezó a colaborar hace ocho años en el Maccabi Tel Aviv. Desde entonces son prácticamente inseparables, ahora unidos más que nunca ante un desafío mayúsculo: ganar a España en La Cartuja. El técnico catalán, que pasó por las categorías inferiores del Espanyol y luego se encargó de los jóvenes talentos en La Masía, atiende la llamada de este periódico desde el lugar de concentración del combinado polaco, inmerso en análisis y búsquedas de fórmulas que permitan al equipo gripar la máquina de La Roja. «España vive del balón y no será fácil arrebatárselo. Esperamos tenerlo en algún momento y, cuando lo hagamos, aprovechar las ocasiones».

Sánchez lleva medio año con Polonia junto a Sousa, con quien trabajó en Maccabi Tel Aviv, Basilea, Fiorentina, Quanjian y Girondins. «Llevo ocho años con Paulo. Desde Israel hemos ido haciendo juntos países y equipos». El fútbol les ha unido de nuevo y ahora tratan de sobrevivir en la Eurocopa después de la derrota inicial e inesperada ante Eslovaquia. «Nos quedamos sin sumar puntos en el primer partido, en mi opinión de forma injusta. Ahora tenemos que hacer todo lo posible para sacar algo positivo de La Cartuja. ¿Nos la estamos jugando? No matemáticamente», expone el catalán, aunque sabe que otro tropiezo dejaría el futuro continental del equipo pendiendo de un hilo. Demasiado riesgo fiarlo todo a la última jornada de la fase de grupos, por lo que tumbar a La Roja es el camino más corto hacia las eliminatorias. Eso sí, asume que el desafío es grande y repleto de obstáculos.

«Nos vamos a encontrar con una selección muy potente, de un nivel competitivo altísimo. Su juego atesora calidad y dinamismo. Me gusta», resume Sánchez. Sin decirlo, asume la superioridad de la tropa de Luis Enrique, aunque no piensa saltar a La Cartuja con la bandera blanca. «Esperamos contar con nuestras opciones de tener el balón en algún momento y aprovechar las ocasiones que tengamos. Y luego que todos los remates que ellos no transformaron ante Suecia tampoco entren contra Polonia», desliza el catalán, quien deja entrever el plan de vida que piensan desarrollar en Sevilla. ¿Copiarán el ‘modelo autobús’ de los escandinavos? «Nuestro juego del primer partido y el de la fase de clasificación refleja que nuestra idea no pasa por especular con el resultado durante los 90 minutos. Dicho esto –matiza–, entendemos que nos mediremos a una selección que vive del balón y quitárselo no será nada sencillo». Es decir, mucho orden defensivo, ayudas, recuperaciones y salidas rápidas a la contra donde Robert Lewandowski espera cazar alguna.

Cuando se le pregunta por las lagunas de España, por sus puntos oscuros, Sánchez asegura que «no tienen debilidades flagrantes, aunque nadie puede estar siempre al 200%». En este sentido, avanza que mantener el balón después de arrebatárselo a La Roja será clave para montar las transiciones e intentar hacer daño a Unai Simón. «Ellos están bien con la pelota y cuando la pierden van rápido a la recuperación. Si somos capaces de dar tres, cuatro o cinco pases seguidos y luego conservar el balón podríamos encontrar espacios. Pero si especulamos, perderemos», asegura el ayudante del seleccionador portugués. Un hombre cuyo cuerpo técnico está integrado prácticamente por profesionales españoles, grandes conocedores del perfil futbolístico de La Roja.

Polonia acusa las bajas de gente tan importante como Piatek y Milik, a los que se suma el sancionado Krychowiak , pero cuentan en sus filas con un extraterrestre. «Somos fuertes como grupo y tenemos al mejor jugador del mundo», dice Sánchez sobre Lewandowski . «Arropado –recalca nos puede ayudar mucho». Es la gran baza ofensiva de los centroeuropeos, que depositan sus esperanzas de gol en el ‘killer’ del Bayern Múnich. Criticado con dureza en su país tras un primer partido flojo, el delantero está con ganas de disparar con balas de verdad.