Eurocopa

Ciro Immobile, de rogar su vuelta al Torino a liderar el ataque de Italia

Antes de ser capitán de la Lazio, Bota de Oro y una de las principales amenazas para España en la semifinal de Wembley (21:00 horas, Telecinco), el napolitano vivió un fuerte bache en su progresión cuando fracasó en Dortmund y Sevilla

Italia - España en directo

Ciro Immobile en el partido de cuartos de final ante Bélgica AFP

Iván Martín

El ‘capitano’ de la Lazio ha encontrado en la madurez su mejor fútbol. El curso pasado superó la treintena, encontró la red en 36 ocasiones y consiguió su primera Bota de Oro . Atrás quedaron las rabietas juveniles, las excentricidades y las tardes en el banquillo. Hoy, Immobile es un delantero fiable que ha encontrado la calma y su lugar en el Calcio, y es una de las principales amenazas para la defensa española en la semifinal de esta noche.

Pero en tiempos no muy lejanos, en diciembre de 2015, Ciro Immobile tocaba fondo . Estaba a punto de cumplir 26 años y veía cómo su sueño de triunfar en el extranjero se desvanecía. Todo comenzó un año y medio antes, cuando dejó el Torino y puso rumbo a Dortmund para ocupar el hueco dejado por Lewandowski en el Westfalenstadion. Había marcado 22 goles en Serie A y tenía una edad pletórica para comenzar en un grande (24, finalizada ya la tontería adolescente, con el físico en su cenit y con toda su carrera por delante). El gigante alemán llamó a su puerta y Ciro no dudó.

Parecía el delantero perfecto para el juego que proponía Klopp : era un tipo rápido, vertical y correoso; un nueve que vivía en la línea de fuera de juego, que desesperaba a los centrales y, como todo buen ariete meridional, derrochaba goles y arrogancia . Pero coincidió con la última campaña de Klopp en un equipo en capa caída tras la final de Champions perdida ante el Bayern, un equipo que ni siquiera alcanzó los puestos de Europa League en aquel curso 2015-16.

Immobile no rendía en el verde y empezaba a notar la presión de sustituir al ídolo polaco. Fuera del campo, no se acostumbraba a vivir de espaldas al mediterráneo, aunque tampoco puso mucho de su parte para remediarlo. Él mismo dijo que el alemán era un idioma imposible de aprender y, como Bielsa en Leeds, iba con un intérprete a cualquier parte. El curso siguiente, Tuchel llegó al banquillo amarillo y, con la sutileza habitual con la que el teutón trata a los futbolistas, prohibió la presencia de traductores en las reuniones. Naturalmente, ese mismo verano, Ciro hizo las maletas y se marchó a Sevilla .

En la capital del Guadalquivir tampoco cuajó. En una plantilla de Champions, Llorente y Gameiro le privaron del cartel de indiscutible. Tras un inicio errático pero plagado de minutos, poco a poco, Ciro se fue convirtiendo en un habitual en el banco del Pizjuán . Su etapa en Sevilla no mostró nada de aquel chico que había maravillado en Pescara a las órdenes de Zeman o, ya en Serie A, con la veintena de goles en el Toro. El napolitano veía peligrar sus opciones de participar en la Eurocopa de Francia y decidió reunirse con Monchi y Emery para solicitar una vuelta a Italia.

Vuelta a casa

Tras 18 meses de angustia, Immobile se puso en contacto con el presidente del Torino y se ofreció para volver. En Enero de 2016, regresaba al Piamonte, donde el tiempo no parecía haber pasado. Volvieron los goles, la garra y la ilusión de un delantero valcánico. Solo media temporada cedido en el club humilde de Turín le valió un traspaso a uno de los grandes del Calcio, la Lazio . En Roma, coincidiendo con el inicio de su madurez como futbolista, cruzó su camino con jugadores como Felipe Anderson , el ‘Tucu’ Correa o Luis Alberto ; asistentes de lujo que maridaban a la perfección con el ariete de Torre Annunziata. De ‘laziale’, Immobile comenzaba a demostrar el porqué de su fichaje por la Juve cuando era un chaval. Al fin conseguía alcanzar el status de estrella que se le auguraba tras su ascenso a primera con el Pescara (junto a Insigne y Verrati , hoy compañeros de selección). Pronto llegaron los Capocannoniere (trofeo pichichi en Serie A), la capitanía celeste y su asentamiento en la selección italiana. De hecho, su entrenador en la ‘Azurra’, Roberto Mancini lo califica como «uno de los cuatro o cinco mejores delanteros de los últimos 20 años en Italia».

Sin embargo y pese a sus sólidas campañas de celeste, aún hay voces que discuten la categoría de Immobile como delantero titular de la selección. Mancini ha querido defenderle públicamente: « Immobile fue Bota de Oro europeo y en estos torneos el más criticado suele ser el que decide el partido », señaló en rueda de prensa. Estas críticas no sorprenden, en el país transalpino se criticó hasta a Totti . Italia es la patria madre de la controversia y la polémica, del escándalo e incluso del engaño. Los españoles solo somos meros aprendices.

La simulación de Immobile en el instante previo al gol de Barella EFE

Un ejemplo de esa pillería latina la mostró Immobile ante Bélgica. En una disputa con Vermaelen dentro del área, el nueve simuló un penalti , pero mientras se retorcía de ‘dolor’ sobre el césped, Barella puso el 0-2 en el marcador. Ciro se levantó como si nada y corrió a la banda a celebrar con sus compañeros . Este gesto conmocionó a la prensa anglosajona, incapaces de entender que el fútbol es un juego y en el juego, mientras un juez no diga lo contrario, hay espacio para la trampa. Más si cabe en Italia y en España, donde el embuste es cultura.

En la ‘Azurra’, Ciro es un tipo feliz. Goza de la confianza de Mancini y juega con dos de sus mejores amigos, los chicos de Pescara, en el once inicial. Suma dos goles en el torneo, su selección hace el mejor fútbol de la Eurocopa y son los favoritos para pasar a la final .

Esta noche, en el monumental estadio de Wembley , España pondrá a prueba la categoría de Immobile, un delantero, un hombre, que al fin ha encontrado su camino.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación