Selección española

Sergio Ramos, leyenda en la noche de Quini

El central alcanzará a Casillas con 167 internacionales en Gijón, donde se homenajeará al Brujo

Sergio Ramos, el día de su debut con la selección, el 25 de marzo de 2005 en Salamanca ante China EFE

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Resulta conmovedor el cariño que se le procesa en Gijón a Quini , quien, en cierta manera, también juega esta noche contra España. Hay partido de la selección, y es algo insulso porque se da hecha la victoria con goles ante Islas Feroe , pero se entiende la noche como una fiesta para recordar al Brujo y de paso para rendir un homenaje a Luis Enrique, queridísimo también en la ciudad y en El Molinón. Hoy es el Día de Asturias, festividad de la Virgen de Covadonga, y tras el paso de la Vuelta por las montañas del Principado tocará el compromiso de la España futbolera, que tiene a tiro la clasificación para la Eurocopa 2020. La Federación, con buen criterio, le ha dado empaque a este domingo posvacacional, histórico también porque esta noche Sergio Ramos alcanzará a Íker Casillas como el jugador que más veces ha defendido el escudo nacional. Una fiesta, en definitiva, para recordar a unos y ensalzar a otros.

Hace tiempo que Ramos convirtió este récord de partidos con España en un asunto personal. Medio en serio, medio en broma (más bien lo primero), le dijo a Casillas que iba a triturar sus marcas, y hoy alcanzará en Gijón una cifra escandalosa. Será su encuentro 167 vistiendo de rojo, los mismos que acumuló el portero, y es el único español que ha tenido a seis seleccionadores.

Se estrenó en marzo de 2005 con Luis Aragonés, Vicente del Bosque contó con él siempre tanto en el lateral derecho (fue su puesto en el Mundial de Sudáfrica) como en el eje de la zaga, Julen Lopetegui le concedió plenos galones, Fernando Hierro se encomendó a su liderazgo en el convulso Mundial de Rusia y con Luis Enrique se esperaba un choque de trenes que nunca llegó. Es más, jugador y entrenador congeniaron, un amor a primera vista que derivó en palabras edulcoradas cuando la gente esperaba todo lo contrario por aquello de la inconveniencia de juntar a dos gallos en el mismo corral. Ahora, con Robert Moreno al frente de la nave, Ramos sigue siendo imprescindible y se le busca pareja en un cásting, el de centrales, que parece no tener fin.

Un ejemplo

«Cada día Sergio me sorprende más», dijo ayer Moreno, que se comporta ante los medios como un veterano. «Todo el mundo habla del Ramos personaje y yo estoy conociendo a la persona. Me está ayudando muchísimo, no tengo ninguna queja. Es un ejemplo y se puede hablar con él de todo. Es una persona que te reafirma con la atención que tiene, acepta bien la crítica. Lo hace y lo agradece, te facilita la tarea como entrenador». «Una brutalidad», comparte luego Sergio Busquets. «Es un orgullo tenerlo como capitán».

Al defensa, ya con 33 años, le encanta todo el tema de números y estadísticas. Su palmarés ya es de por sí envidiable, tanto con su club como con el combinado nacional, pero es de los que se regodea con las hazañas personales. Tiene motivos para presumir, pues el escandaloso récord de esta noche se suma a otros prácticamente inalcanzables. Con su tanto el otro día en Bucarest , ya van 21 de rojo, igualando a Míchel y entrando en el top 10 histórico de España, que no es poca cosa y menos tratándose de un defensa (tiene a tiro los 22 de Julio Salinas y los 23 de Alfredo Di Stéfano. Para rematar esta catarata de datos, otro muy significativo: ha ganado 124 veces con España, más que nadie en todos los tiempos (Casillas, 121).

Es una noche para rotar, repartir minutos y probar con vistas a lo que viene, pero Ramos quiere cumplir esta marca en territorio nacional, siendo El Molinón un lugar con esencia pura. Ayer, jugueteando con un balón en la sesión vespertina, sabía que las cámaras le seguían, y él, con ese punto de superestrella que tiene, regalaba posturas y gestos muy agradecidos para las cámaras. De ese Ramos con melena rebelde de 2005 que llegó a Las Rozas dando la nota con un traje blanco del que todavía se ríen a este Ramos requetepeinado y con barba cuidadísima hay una evolución notable, pero el jugador prevalece. Es el capitán de España, leyenda hoy en el homenaje de otro mito como Quini, probablemente su antítesis en el mundo del fútbol.

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