Selección española

Rodrigo: «El fútbol puede llegar a ser muy duro y estudiar me ayuda a evadirme»

El mediocentro se declara feliz en el Atlético, aunque admite que su futuro está por resolver. Lo hará a la vuelta del doble compromiso con España

Rodrigo, en la concentración de la selección en Las Rozas José Ramón Ladra

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Su aspecto le delata, porque por su discurso nadie diría que aún no ha cumplido los 23 años. Rodrigo Hernández (Madrid, 22 de junio de 1996) es un futbolista atípico en los tiempos que corren. Los tatuajes le parecen «feos» y no utiliza las redes sociales. Apartado de ese torrente de comentarios sin filtro conserva la mente despejada. A pesar de sus obligaciones va sacando a trompicones una carrera, Administración y Dirección de Empresas, convencido de que en los libros y en el estudio hallará un futuro más allá del fútbol. Un tipo sensato. Concentrado con España para afrontar los encuentros de clasificación para la Euro 2020 ante Islas Feroe y Suecia, camina por la Ciudad del Fútbol de Las Rozas con tranquilidad pese a que los rumores sobre su futuro le han convertido estos días en uno de los grandes objetivos de las cámaras.

¿Qué ha hecho desde que cerró la Liga con el Atlético?

Aprovechar para hacer exámenes de la carrera. La Universidad se porta bien conmigo y me los ha agrupado ahora, que he tenido más tiempo.

¿Sigue estudiando en la Jaume I de Castellón?

Sí, empecé cuando jugaba en el Villarreal y al venir a Madrid decidí seguir allí para evitar el papeleo, aunque resulte más difícil. Estudiar me ayuda a evadirme del fútbol, que en ocasiones puede ser un mundo muy duro.

Así que playa aún no ha tenido...

No, no. Habrá tiempo después de estos dos partidos.

¿Cuesta retomar la rutina después de estar casi tres semanas parado?

Para jugadores de nuestra exigencia, que tenemos que estar siempre al cien por cien, el cuerpo sí nota el estar veinte días parado. He intentado mantenerme un poco, pero la falta de ritmo está ahí porque te entrenas sin el balón delante. Cuesta arrancar los primeros días. En este parón he tenido un plan individual. Los técnicos te dan libertad, porque no dejan de ser tus vacaciones, pero todos intentamos cumplirlo.

¿Cómo lleva el equipo la ausencia de Luis Enrique?

En primer lugar, es un gran palo para nosotros. Es triste que por problemas personales no pueda estar en la concentración. En su caso, es el líder, la persona en la que nos fijamos y que pilota este barco. Por la situación en la que está, le deseo que salga todo bien y que se reincorpore cuanto antes. Al margen de eso, respeto máximo a él, a su familia y al cuerpo técnico que está ahora al frente. Estamos más unidos si cabe y convencidos de sacar esta situación.

Ante esta tesitura, ¿toma más importancia la figura de los jugadores veteranos?

Claro. Los que más experiencia y jerarquía tienen dan un paso adelante y ayudan a Robert Moreno. Es más un trabajo mental que futbolístico. Nos ayudan a mantenernos fuertes y agrupados, a luchar por el objetivo, que es ganar estos dos partidos.

Y antes de llegar a la concentración, otro palo: la muerte de Reyes.

No lo conocía personalmente, pero sí lo seguía desde pequeño. Transmitía alegría y es un golpe duro para el fútbol español. Lo único que se puede hacer es apoyar a la gente que se queda y rezar para que no vuelvan a pasar cosas de este tipo.

No es un hombre dado a las polémicas, y ahora anda envuelto en dos. La primera, su renuncia al Europeo sub 21 que comienza en unos días. ¿Le parecen justas las críticas?

as críticas me afectan cuando se dicen cosas que no se corresponden con la realidad. Tengo la conciencia tranquila porque he actuado de acuerdo a mis valores. Meses antes de la citación hablé con el entrenador (Luis de la Fuente), le dije que mi intención era acudir si llegaba bien al final de la temporada. Para mí, ir a un campeonato representando a mi país es una ilusión máxima. Encima, con un grupo que conozco y con el que ya fui campeón con la sub 19. Pero, pensando en frío, sin estar al cien por cien no iba a poder ayudar. He sacrificado ir al Europeo pensando en mí, pero también en la selección. He jugado más de 3.000 minutos esta temporada, llevo dos veranos casi sin descanso y, de haber ido, se me juntaría con la siguiente pretemporada. Igual la gente no entiende estas decisiones, pero es lo que siento.

¿Sabe ya dónde va a jugar la próxima temporada? ¿Puede asegurar que va a seguir en el Atlético de Madrid?

Mi situación es clara. Pertenezco a día de hoy al Atlético. Ha sido un año muy bueno para mí y estoy feliz en Madrid, con mi gente, con el club... Ha sido un año increíble. Ahora estoy con la selección y no pienso en mi futuro, solo en el día a día. Ya veremos lo que pasa. Pero repito, estoy muy feliz aquí y no he hablado con nadie que no sea el Atlético.

¿Ni siquiera con Guardiola? ¿No le ha llamado el técnico del Manchester City?

Para nada. No he hablado con él. Respeto al Atlético. Tengo contrato y me debo a ellos. Estoy tranquilo.

Pero las ofertas están ahí. Salen rumores cada día en los medios. ¿Tiene una fecha tope para decirle al Atlético si va a continuar o no?

Cuando acabe la concentración tendré más días libres para pensar y resolver mi futuro. Pero las únicas personas con las que hablaré será con Simeone, con el presidente, con Andrea Berta... Con gente del Atlético.

¿Siempre ha tenido ese carácter tranquilo?

Soy igual que de pequeño. Uno va cambiando ciertos aspectos de su personalidad, pero siempre he sido un chico tranquilo, con mucha motivación y ganas de hacerlo bien en todos los ámbitos de mi vida. Ahora en el fútbol, pero también en los estudios, a nivel familiar... Eso me ha ayudado a pisar en firme y no tropezarme.

¿Cuánta culpa de eso tiene su familia, el ambiente en el que se crió?

He llegado hasta aquí por los valores que me han inculcado. Sobre todo la tranquilidad, el intentar darle perspectiva a las cosas y afrontar con madurez todas las situaciones.

¿Cómo empezó a darle patadas a un balón?

En el colegio, en Villanueva de la Cañada (localidad al oeste de la Comunidad de Madrid). Allí jugué en mi primer equipo y, de ahí, di el salto al Rayo Majadahonda y a la cantera del Atlético de Madrid.

Donde coincidió con Lucas y Theo...

Theo era un año más pequeño. Pero sí, siempre he estado con ellos.

Ellos eran más traviesos que usted, ¿no es verdad?

Siempre han tenido un punto de locura. Pero me llevo genial con ellos. Nuestros padres se turnaban para llevarnos al entrenamiento. Es una relación de muchos años y la seguimos manteniendo.

¿Zidane ya era su ídolo entonces?

Siempre lo he dicho. De niño era el jugador en el que me fijaba aunque su posición no tenía nada que ver con la mía. Al crecer ya me fueron gustando otros, como Busquets o Bruno Soriano, y con ambos he coincidido.

Y con 16 años, decide salir del Atlético. ¿Por qué?

Salí buscando otro camino, uno que me conviniese más. Si no hubiese dado ese paso seguramente ahora no estaría aquí. Agradezco al Villarreal y al Atlético todo lo que me han dado. Ambos me han completado como jugador. Soy una mezcla de todo lo que me han enseñado en los dos sitios.

¿A quién le dolió más ese primer adiós al Atlético? ¿A su padre?

El primero, a mí. Tenía la ilusión desde pequeño de jugar en el primer equipo del Atlético y al marcharme ese deseo se alejó y tuve que buscar otro camino. Por suerte, después pude volver. Pero el Villarreal me dio la oportunidad de debutar en Primera y eso no lo olvidaré nunca. Han sido dos etapas maravillosas.

¿Ciudad grande o ciudad pequeña?

He tenido la suerte de vivir en ambas. Es cierto que las ciudades grandes no me llaman tanto. Me gustan más los entornos pequeños, tener todo controlado. Soy más de alejarme de la gran ciudad.

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