Real Madrid-Barcelona

El geriátrico hace aguas

Salvador Sostres

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El Barça, o su idea, había ganado ya en el Bernabéu con Pep y el geriátrico que se presentó en Chamartín era una parodia de aquel 2-6 con el que una generación de futbolistas llevó el fútbol a la cima más alta y hermosa que hasta hoy este deporte ha conocido. Para el Barcelona que fue, el mero hecho de salir a jugar un partido serio con un 4-4-2 era una humillación. Llovía con ganas en Madrid, y pese a todo fue el Barça quien empezó más cómodo.

Este fútbol tan físico, tan miedoso del contrario, «tan poco romántico» –como decía José Mercé el día del City ante el aburrimiento que fue la primera parte– asesina al talento y a la creatividad, y se basa sólo en la presión y la recuperación, muy lejos de aquella hermosa alegría con la que Cruyff sentenciaba que prefería ganar por 5-4 que por 1-0. Ayer, sobre el minuto 20, vimos algún destello de valentía de los dos equipos, y lo que daba sueño se volvió divertido, o por lo menos algo más emocionante. Luego el Barça volvió a sus posesiones estériles e interminables, sin ninguna profundidad, y lo único que daba una cierta sensación como de peligrosidad era la bronca de la grada impacientada. Los dos equipos –y es deprimente siendo los más grandes– estaban más tranquilos en el control de su apatía que en su ansia por mejorar, brillar y marcar. Hace unos años, esta era la mentalidad de equipos como el Albacete.

Griezmann desaprovechaba como siempre todo lo que tenía, lo más claro un remate franco desde el punto de penalti. Poco a poco al Madrid le fue durando menos el balón y estaba más pendiente de las transiciones y de la velocidad; y el Barça encontraba algo de profundidad en sus ataques. Arthur y Messi, con pocos minutos de diferencia, hicieron lucir a Courtois. Las buenas ocasiones dan alas, pero fallarlas en partidos tan importantes suele tener consecuencias desagradables y el Barça llevaba unas cuantas. El Madrid tenía menos, pero igual de alarmantes, y Vinicius, que era el único de su equipo que desequilibraba, luego no concretaba, desesperaba a su afición. Al filo del descanso, el Madrid pareció como que dudaba de lo que tenía que hacer y abandonó la presión alta.

La segunda parte empezó sin lluvia y con la sensación de que a Jordi Alba se le hacían largos los esfuerzos. No parecía exactamente una recaída, pero sí daba la sensación de que estaba al límite y necesitaba descansar. El Barcelona acariciaba el partido como Vito Corleone a su gatito, esperando el momento del zarpazo, y el Madrid esperaba el error del contrario para salir en una de sus contras letales y aunque parecían cansados, Isco recordó con un fenomenal disparo –apoteósico paradón de Ter Stegen– que cualquier descuido azulgrana les bastaba para despertar. En el Bernabéu hay jugadores marcados y uno de ellos es Marcelo. El Madrid se creció a partir del disparo y el Barcelona desapareció de golpe. Piqué, sobre la línea de gol, salvó un cabezazo de Isco. En el 60 pedí el primer gintónic, para asistir al tramo final en condiciones. En una época no tan lejana, el Barcelona estaría ganando este partido, y durmiéndolo, y yo ya iría por el segundo gintónic, o por el tercero, con la crónica prácticamente terminada.

El Madrid perdonaba clarísimas ocasiones y un Barça noqueado no reaccionaba. La respuesta de Setién fue cambiar a Arturo Vidal por Braithwaite. En los momentos más agónicos, un paso al frente, pero fue Vinicius quien marcó gracias a un rebote en Piqué. Afortunado, pero merecido gol, y el argumento de los culés de que el City remontó en diez minutos era excesivo para el geriátrico. Hasta Messi falló lo que nunca fallaba, tras un regalo increíble de la defensa blanca. En ninguno de los dos equipos había ningún liderazgo reconocible que impusiera una idea clara, aunque el Madrid interpretaba mucho mejor lo que necesitaba. Demasiado tarde, Setién dejó de hacer el ridículo con Griezmann y sacó a Ansu Fati. Piqué, además de marcar en propia puerta, falló un clamoroso cabezazo.

Buena primera mitad del Barça, pero cuando no hay físico es imposible. Excelente segundo tiempo blanco. Si el Madrid juega así, eliminará al City. El geriátrico, fatigado, terminó haciendo aguas.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación