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El fútbol, bajo el terror

El riesgo de un ataque con explosivos cancela el Alemania-Holanda

La policía de Hannover asegura que había «pruebas concretas» de un atentado. Angela Merkel, que había previsto su asistencia, se dio la vuelta

BERLÍN Actualizado: Guardar
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El terrorismo se ha cebado en el fútbol como catapulta de sus perversos propósitos. El ataque de París con epicentro en los alrededores del estadio de Saint-Denis durante el partido Francia-Alemania tuvo continuidad en otros puntos de Europa. Se suspendió el amistoso entre Bélgica y España por la amenaza del octavo terrorista que participó en los atentados parisinos. En Hannover se anuló otro encuentro en la jornada FIFA, el Alemania-Holanda. En Londres el mundo democrático convirtió en símbolo La Marsellesa, el himno galo que unió al público de Wembley y a las selecciones de Francia e Inglaterra.

«El partido ha sido cancelado. Queridos amigos del fútbol, les pedimos que abandonen el estadio rápidamente, pero sin pánico. Disculpen las molestias».

Este fue el mensaje que los altavoces del HDI Arena de Hannover difundieron a las 18:24 horas. Los pocos aficionados que habían accedido al campo y el personal del estadio pudieron evacuar en pocos minutos las instalaciones. El helicóptero de Angela Merkel, que tenía previsto presidir el partido junto a buena parte de su gabinete de ministros, voló de vuelta a Berlín con la canciller alemana.

La unidad policial antiterrorista GSG9 tomaba el control del estadio mientras, en el exterior, una cadena humana con velas encendidas, que recordaba a las víctimas de París, hubo de ser disuelta a toda prisa mientras se establecía un cordón policial con controles en las calles adyacentes y se cerraban al tráfico varias líneas de metro y la estación central de la ciudad.

El jefe de la policía de Hannover, Volker Kluwe, aclaró después que el motivo de la cancelación del partido era que las fuerzas de seguridad tenían «pruebas concretas» de que se había planeado un atentado con explosivos en el estadio. El ministro alemán de Interior, Thomas de Miziére, justificó esta decisión alegando que «la amenaza para Alemania y para Europa es alta» y «la situación es muy seria», por lo que «ante la duda, se ha optado por dar prioridad a la seguridad».

Aunque varios medios locales informaron que las fuerzas de seguridad habrían descubierto material explosivo en una de las ambulancias que debían asistir al evento deportivo, el ministro de Maiziére desmintió que se hubiese encontrado ningún explosivo y se limitó a decir que «conjuntamente con el ministro de Interior de Baja Sajonia y con el presidente de la Bundesliga hemos accedido a la sugerencia de la policía porque en caso de duda, debe prevalecer la protección a la población». «Sobre la fuente de la información y la magnitud del peligro prefiero no hacer más precisiones», zanjó, aunque medios alemanes informaban a esa hora que la alarma había procedido de la inteligencia francesa.

De Maiziére se refirió también a las «difíciles decisiones» que deben tomar las fuerzas de seguridad en ocasiones como estas y pidió comprensión. A pesar del amplio dispositivo policial desplegado en torno al estadio, al cierre de esta edición no había sido realizada ninguna detención. Rainer Wendt, portavoz del sindicato policial, calificó de «absolutamente correcta» la decisión de cancelar el partido. El portavoz de la selección alemana, Jens Grittner, se limitó a decir que el equipo había sido conducido a «lugar seguro» y no había llegado a entrar al estadio.

La decepción de los espectadores era patente en las inmediaciones del estadio. «Es una pena. El partido hubiese sido la demostración evidente de que nosotros y nuestra sociedad, nuestra forma de vivir, sigue adelante a pesar de los atentados», se quejaba Diana Schild, una de los 2.000 voluntarios que habían recibido entradas de la Bundesliga como regalo.

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