Selección española

Un refrendo para el discutido Busquets

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«Yo es que veo a Busquets dentro del campo y me da tranquilidad», resume Luis Enrique . Y poco más hay que decir. Solo con esa frase se entiende la trascendencia que da el seleccionador al mediocentro azulgrana, junto a Dani Olmo el único en ser titular en los dos primeros compromisos internacionales de la selección de esta semana. No pasa por su mejor momento de juego y en su posición acecha Rodri. Pero, aunque pocos dudan de que el internacional del City es el relevo, éste se está produciendo con más lentitud de lo que se pensaba. Hace más de un año que muchos ya daban por amortizado al catalán. «Sergio hace partidos mejores y peores como todos, pero está aquí por rendimiento y es uno de los jugadores más importantes de la selección. Así ha sido siempre», amplía Luis Enrique, que ya en la anterior convocatoria, en septiembre, realizó una férrea defensa de su jugador tras su pobre rendimiento ante Alemania.

Si Luis Enrique dirige desde el banquillo y Sergio Ramos lleva la voz cantante dentro del campo, Busquets es el ángel de la guarda. Mucho más silencioso que la mayoría de sus compañeros, tampoco le hace falta gritar. Está allí donde hay que estar. Apoyando, cortando un contraataque o haciendo la cobertura al propio Ramos cuando éste decide sumarse al ataque. Su labor, oscura es aún en más esencial cuando el equipo apuesta por un juego de presión alta, como ocurrió ante Suiza. Se mueve él y se mueve el equipo. Así ha sido en los 119 partidos que acumula ya como internacional, a siete y ocho encuentros de superar, respectivamente, a David Silva y Andoni Zubizarreta , lo que le situaría como el quinto jugador con más partidos con España. Todo un logro.

Guardiola le hizo debutar en su segundo partido oficial como técnico del Barça, en 2008. Poco después, Del Bosque también caía rendido a sus pies, abrumado por la capacidad del mediocentro para corregir cualquier pequeño despiste de sus compañeros. Se estrenó en una gran cita en el Mundial de Sudáfrica, y el mejor Busquets vivió una época dorada acompañado en el mediocentro por Xabi Alonso . Después, ya sin el vasco y con interiores más ofensivos, tuvo que agrandar su figura para seguir llegando a todo. Pocos comprenden cómo era capaz de hacerlo. «Los mediocampistas, para seguir evolucionando, tenemos que fijarnos en Busquets», valoraba recientemente Thiago Alcántara, otro compañero rendido al de Badia del Vallés. «Si te fijas en cómo se posiciona, en cómo lidera al equipo; es una gozada verlo jugar y entrenar».

Ahora, pasada la treintena, reclama de nuevo ayuda, porque sigue siendo el que más kilómetros hace dentro del campo. «Tener un compañero al lado en defensa se agradece», dice Busquets , quien ahora se nota más cómodo en la distribución. En el Barça, donde también ha pasado de señalado a ser casi imprescindible para Koeman , ya tiene ese apoyo. Y en la selección, Merino se acerca bastante a esa idea que se puede tener de un doble pivote que sostenga al equipo y evite su desequilibrio. Incluso ante Suiza, cuando más apretaba la selección helvética en busca del empate, Luis Enrique decidió juntar en el campo a Rodri y Busquets. Con ellos, España evitó encerrarse y acabó el partido en el campo del rival.

Protector

El «cinco» de España, además, aporta intangibles también fuera del terreno de juego. Cuando Ansu Fati aterrizó en Las Rozas lo hizo pegado a un Busquets que no se separó de él ni un momento, protegiendo y aleccionando al chaval en su bautismo con la absoluta. Su carácter tranquilo y alérgico a las polémicas también le granjeó el cariño general cuando, en la época caliente de Mourinho y Guardiola, los internacionales del Madrid y el Barça se juntaban en la selección. En tiempos de fuego cruzado, él se mantuvo conciliador. «Sergio no está aquí por lo que aporta fuera, pero es un añadido de lo que aporta dentro, una garantía de lo que es un jugador profesional», reitera un Luis Enrique que fue capaz de reconducir su relación personal con el mediocentro, dañada tras la goleada que le endosó el PSG al Barça en la ida de los octavos de final de la Champions de la temporada 2016-2017. Busquets no dudó en señalar a «errores» del planteamiento táctico del asturiano como responsables de la contundente derrota. El enfado del míster fue mayúsculo, pero una conversación entre ambos devolvió la tranquilidad. También ayudó el 6-1 del partido de vuelta. Ni siquiera aquel episodio minó la confianza en Busquets del hoy seleccionador. Poco más hay que decir.

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