Fútbol

La Premier, un alivio insípido para el Liverpool

El vacío en Anfield rebaja la emoción de la liga que, tras 30 años de espera, puede ganar esta semana

Una casa de aficionados del Liverpool, engalanada para el regreso de los de Klopp REUTERS

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Ni en el fútbol ni en la vida conviene dar nada por sentado: la otra cara del éxito es siempre el fracaso, cada vez más en un mundo de blancos y negros como el que está calando. Bien lo sabe el Liverpool , abrazado ahora a los grises. Treinta años después, paladea ya el metal de un trofeo, el de la liga inglesa, que por momentos se había tornado quimera. De pronto, cuando la euforia debería ser lo único a lo que agarrarse en esta recta final del campeonato, se impone la discreción a la que induce la crisis del coronavirus, 43.000 muertos ya en Inglaterra. Por no hablar de Anfield, el recinto que allá por marzo parecía condenado a una celebración histérica y hoy, cerrado al público, podría ver cómo el próximo miércoles Jordan Henderson ofrece la copa al silencio de The Kop.

De tocar el cielo en Madrid hace poco más de un año pasó a saborear el barro cuando el mundo estaba a punto de desmoronarse, esta vez en Anfield y ante el Atlético de Madrid , 2-3 y un partido para el recuerdo, no sólo por el ímpetu de Marcos Llorente. Aquel fue el último encuentro que acogió el recinto red antes de que la pandemia arrasase con cuanta normalidad encontró a su paso. Superados los cien días de interludio, el mítico estadio de Merseyside volverá a abrir sus puertas este miércoles para recibir al Crystal Palace y celebrar los noventa minutos que podrían devolver el título de campeón liguero a sus vitrinas tres décadas después. Aunque decir celebrar, dadas las circunstancias, quizá sea pecar de ingenuidad.

Una renta inmensa

A la tragedia que se ha cobrado 41 vidas vinculadas por un estudio elaborado por «Edge Health» a aquel Liverpool-Atlético que se jugó a puerta abierta el mismo día que la OMS tildaba al Covid-19 como una pandemia le sucede ahora una colección de partidos jugados en silencio y con el propósito de ser un motivo de alegría para el personal, que por momentos estuvo a un soplo de quedarse sin balón hasta el curso siguiente. Se lo temió el equipo de Jurgen Klopp , que después de cuajar una campaña de fábula, 25 puntos de ventaja sobre el Manchester City cuando se sacó la bandera roja —22 ahora que los de Guardiola han ganado al Arsenal el partido que tenían pendiente—, tuvo que convivir con la incertidumbre de no saber si todo ese derroche de goles, sudor y alegrías se quedaría en una ascensión sin corona.

El título sirve ahora como estímulo para un equipo que se ha quedado, como todos, sin el aliento de su grada, si bien en este caso el romanticismo que va ligado al balón, no digamos cuando se pronuncia con acento inglés, pedía a gritos un sitio para los integrantes de The Kop . De los goles de Ian Rush o la ascendencia de Kenny Dalglish al empuje del Mané-Firmino-Salah o el caciquismo de Van Dijk han mediado treinta años, con todas las copas nacionales habidas y por haber ganadas en algún momento por el Liverpool. También la Champions, cómo olvidar a aquel equipo que tocó el cielo en el Metropolitano después de remontar la eliminatoria de semifinales con un 4-0 ante el Barcelona. Pero en la Premier no habían dejado más que resbalones, con aquel de Steven Gerrard ante Demba Ba en 2014 como epíteto de una maldición que amenazaba con erosionar los cimientos de uno de los gallos del corral inglés.

Ni mucho menos permaneció ajeno a todo esto Klopp, esmerado desde que cogió las riendas de la nave red por empaparse de su idiosincrasia. Resultó que los que terminaron mojados fueron ambos, en un matrimonio perfecto en el que cada parte absorbió lo mejor de la otra. «Cuando se paró la Liga no pensé ni por un segundo en lo cerca que estábamos , porque no era lo importante», resolvió el alemán el pasado viernes momentos después de admitir que había temido por ver cómo se les privaba del título.

«Empecé a preocuparme en el momento en que la gente se puso a hablar de declarar la temporada nula y lo sentí físicamente: es algo que hubiera sido muy, muy duro », expuso Klopp. Su equipo, lo es con todas las letras, buscará hoy, ante el Everton en Goodison Park (20.00 h), tres de los seis puntos que le faltan para volver a reinar en Inglaterra.

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