Selección española

Paco Alcácer: «De golpe, todo entra. Eso es la confianza»

Después de dos años de ostracismo en el Barça, se está hinchando a marcar goles con el Borussia Dortmund y traslada su racha a la selección, el mejor en Gales con su doblete. Es el hombre de moda

Paco Alcácer, en Las Rozas MATÍAS NIETO

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El fotógrafo de esta entrevista, que es muy alemán aunque la firma engañe, trata de desdramatizar con el frío de Dortmund, quizá lo único que en estos momentos inquieta, por decirlo de alguna manera, al valenciano Paco Alcácer (30 de agosto de 1990). Es el hombre de moda, alegre como unas castañuelas porque se ha desatado en el Borussia (seis goles en tres ratitos) y porque ha vuelto, dos años y medio después, a la selección española. Lo ha hecho, además, manteniendo ese acierto, el mejor del amistoso del pasado jueves en Cardiff ante Gales con su doblete. Del ostracismo del Barcelona, en donde se le apagaron las luces, a ser el delantero del momento en Europa. Y en plena efervescencia, se confiesa con ABC.

-Simplemente con verle la cara se nota que está feliz.

-Sí, es que estoy muy feliz. Al final, un jugador lo que quiere es jugar, y si no lo haces no estás feliz, eso es obvio. A mí la felicidad me llega cuando juego, cuando lo hago bien. Y encima, el delantero lo que quiere es marcar goles y me están saliendo las cosas .

-¿Ha vuelto a nacer?

-Se podría decir así, podríamos decir que he vuelto a nacer. Después de dos años sin tener prácticamente continuidad es muy complicado. He jugado partidos en el Barcelona, pero no he gozado de esa continuidad que necesita un futbolista para asumir la confianza suficiente y hacer los goles que tenía que hacer.

-Ese apagón llegó después de ser muy importante en el Valencia y de ganarse un puesto en la selección. Fichó por un grande como el Barça y se quedó en tierra de nadie. ¿Se sintió anulado?

-El hecho de salir del Valencia fue una decisión que se toma como cualquier otra persona haría en su trabajo. Era un cambio. Fue una decisión de tres partes, y me fui. No salió como esperamos, es cierto, pero hemos decidido salir este año y disfrutar de lo que queremos, que es el fútbol.

-¿Le dio muchas vueltas a su fichaje por el Barça? ¿Pensó en que se había equivocado?

-Siempre he dicho lo mismo: no me arrepiento de tomar las decisiones que he tomado porque, te salgan bien o mal, puedes aprender unas cosas u otras. Estoy muy contento de cómo estoy ahora mismo, de poder volver a la selección y de tener esta nueva vida.

-¿Y qué es lo que aprendió de esos dos años en el Camp Nou?

-Maduras mucho. Hay momentos difíciles y otros de felicidad, porque los ha habido. De hecho, cuando jugué marqué goles. En la relación minutos-goles, creo que he tenido buenas estadísticas, a pesar de lo que puedan decir. En realidad, lo que pueden decir de mí, tanto bueno como malo, no me importa. No me afecta ni para bien ni para mal, me afecta lo que me diga mi familia, mis amigos y mi gente.

-Cuando un futbolista entra en esa dinámica, ¿es fácil caer en el pensamiento negativo, pensar que quizá no vale para un grande?

-Es fácil tener pensamientos negativos, pero soy una persona muy segura de mí misma. Si hubiera pensado así en el último año en el Barcelona, de estar dos o tres meses sin ir convocado a ir al partido contra el Sevilla y hacer los dos goles y ganar... Con el pensamiento negativo no hubiera pasado eso. Tengo una mente muy positiva.

-¿Cómo asimila un futbolista que ha sido importante el verse en segundo o tercer plano?

-Asimilar no es. Lo que yo intento es trabajar y mejorar diariamente. En el Barcelona he mejorado muchísimo teniendo al lado a los mejores, al final solo puedes aprender de ellos. Soy mucho mejor futbolista.

-Le surge la oportunidad de Alemania y se va de cabeza.

-Sí, era bueno para mí. Es un club muy grande de Europa, que tiene opciones de estar en Champions todos los años. Fui al Borussia porque el entrenador me quería a mí específicamente, el club también insistió, y eso me da una confianza tremenda que es lo que se ve en el campo. He cuajado muy bien, me han arropado los jugadores desde el inicio, y eso hace mucho.

-¿Se olvida un delantero de marcar?

-Las cosas, también con los futbolistas, se tienen o no. Pero tienes que seguir mejorándolas. Yo puedo tener gol, como Álvaro (Morata) o Rodrigo (Moreno), pero si diariamente no trabajas para mejorar el golpeo, el movimiento, el crear el espacio... Te debes a todo un trabajo y a los compañeros. Los goles no los marcas tú, los marca todo el equipo porque es el que hace que llegue la pelota a ti.

-¿Pensó que había perdido ese don?

-No. En los entrenamientos se veía que marcaba goles, trabajaba, mejoraba... Lo digo de verdad, me siento mejor jugador. En este inicio de curso, se ve que vengo más a recibir, que toco más el balón, trabajo más... Soy un jugador un poco más completo, lo cual no quiere decir que haya llegado al tope porque eso llega cuando acaba el fútbol.

-¿Cuándo vio que era un goleador?

-Nunca he pensado en ello. Siempre he intentado aislarme de lo que puedan decir, de si tengo o no tengo gol. No es que fuera un don. Yo, de pequeño, lo único que tenía en la mente era acabar con un gol, o intentar hacer alguno más. No sé si tengo un don, yo solo pienso en salir y marcar un gol.

-¿Obsesiona?

-Es mi trabajo. El delantero tiene que hacer eso, marcar goles. Tienes muchas más cosas, pero si te cae una hay que meterla. Yo no llego a obsesionarme, pero cuando haces un muy buen partido y no marcas gol, me voy a casa pensando en que me falta algo. Cuando haces una ruina de partido y no marcas, pues imagínate, inaguantable. Para mí, el gol es muy importante. Si no marco, me falta algo.

-¿Le duran los enfados?

-Siempre que no marco, estoy más serio. Estoy contento si gana el equipo porque es lo primordial, pero pienso en que no he podido ayudar con lo que tengo que hacer, que es el gol.

-Pues este año lleva un puñado...

-En 81 minutos con el Borussia he hecho seis en Liga, más otro en Champions. De golpe, te entra todo, eso es la confianza. Me siento integrado, me han acogido muy bien.

-En la selección parece que también. Tan pronto fichó por el Borussia, Luis Enrique le abrió las puertas.

-Si no juegas, es imposible venir. Lo que está claro es que ahora mismo estoy muy feliz, muy contento de estar en Alemania, de intentar hacerlo lo mejor posible. Estoy disfrutando mucho de esta semana porque nunca sabes si es la última o la primera de muchas. Estar con España es el top del fútbol.

-¿Ve mucho cambio desde que estuvo aquí por última vez?

-Los jugadores son de la misma calidad, prácticamente. Lo único que puedo ver es que ha cambiado el cuerpo técnico, pero la dinámica es la misma.

-¿No nota más ganas por querer hacerlo bien y reivindicarse?

-Sí. España tiene que estar peleando por todo. Por las cualidades de los jugadores, por todo lo que ha hecho anteriormente... Se nota que este equipo tiene ambición y el míster da todo lo que necesitamos.

-¿Qué tal con Luis Enrique?

-Bien. Coincidí con él un año y no tengo ninguna pega. Siempre te dice las cosas conforme son, tanto buenas como malas. Para mí es muy importante. A mí me parece una buena persona y muy directa.

-¿Es mejor que se sea directo para un futbolista?

-Yo quiero las cosas a la cara.

-¿Llegó a pensar que no pasaría otra vez el tren de la selección?

-Pensaba que cuando estuve en el Valencia, que jugaba, estaría en la selección. Si no lo hacía en el Barça, no iba a estar, es imposible, es de cajón. Hacerlo bien, te trae aquí. Si no juegas, no estás.

-Fue importante en la fase de clasificación para la Eurocopa de 2016 y se quedó fuera. ¿Es una heridita?

-Es una heridita bastante grande. Después de dos años con el equipo y no haber ido... No son decisiones mías. Pero estamos en una nueva etapa. Es una nueva vida.

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