Fútbol

Pablo Gállego, el único español que aún celebra goles pese al coronavirus

Con el fútbol paralizado en todo el mundo por el Covid-19, el delantero aragonés continúa jugando la liga en Nicaragua

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En una época en la que hospitales y sanitarios acaparan el foco, resulta curioso que Pablo Gállego (Huesca, 1 de octubre de 1993) debutara en Segunda división B con el equipo de su ciudad de la mano de un médico, el doctor Pablo Alfaro . El sueño de alcanzar la élite no tuvo continuidad y, como muchos otros, se vio obligado a buscarse un hueco en ligas tan exóticas como la de Albania, donde dejó un pequeño capítulo para la historia marcando el primer gol español en ese país. Ahora, sin quererlo, este aragonés de 26 años se ha convertido en el delantero más buscado porque es el único futbolista nacido en España que sigue jugando oficialmente . El coronavirus ha paralizado el deporte mundial, pero no ha frenado al campeonato nicaragüense, que continúa disputándose, aunque a Gállego le resulte ahora imposible celebrar los tantos junto a los apasionados aficionados del Managua, su actual club , porque los encuentros son a puerta cerrada.

«¿Cómo va todo por España?». El oscense invierte los papeles habituales en una entrevista y la primera pregunta la lanza él. «Mantengo contacto diario con mi gente allí y sé la situación tan complicada por la que estáis pasando, mucho ánimo», desea a continuación. Pablo Gállego conserva el mismo número de teléfono en el que se le podía localizar cuando militaba en el Lealtad asturiano, su último equipo en España antes de probar fortuna en otros campeonatos. «Ser el único español que juega ahora al fútbol en todo el mundo no es ningún privilegio, créeme, al revés, preferiría no acaparar la atención y que está pandemia no hubiera afectado a tantos países y a tanta gente», asevera a este periódico.

A diferencia de lo que sucede en Bielorrusia , donde el fútbol sigue jugándose con público mientras el presidente Lukashenko recomienda beber y lavarse las manos con vodka para combatir el coronavirus, en Nicaragua los partidos son a puerta cerrada y con las gradas vacías. Saltar al césped provoca una extraña sensación, según admite, pero no miedo. «No, no tengo ningún miedo ni ningún temor a seguir jugando porque aquí la situación está controlada, los datos en Nicaragua no son para alarmarse», afirma el delantero, aunque reconoce que sí está preocupado por lo que sucede en España, donde tiene a su familia. Desde Aragón le llegan noticias casi a diario porque su hermano está en la primera línea contra la pandemia trabajando en el Hospital de Huesca . «Siempre que hablo con él me insiste en que tome todas las precauciones y que siga las recomendaciones, que salga poco. La verdad es que tengo más sensación de angustia por ellos que por mí».

"No lo veo una temeridad"

A pesar de que en el planeta fútbol solo se continúen celebrando goles en Bierlorrusia y Nicaragua , se muestra tranquilo. «No considero que sea una temeridad seguir jugando. No soy un experto, pero la Liga, en coordinación con el Ministerio de Salud y el Gobierno nicaragüense, ha adoptado la medida de que se juegue a puerta cerrada y hay que acatarla. Si estuviera en contra, hubiera hablado con el club para volver a España», aclara.

Pablo Gállego, en un partido

Gállego vive solo en un apartamento y en el Managua FC disfruta de su segunda etapa en Nicaragua después de su estreno en el Real Estelí. El Larisa griego y el Kastrioti albanés fueron antes otras aventuras en el extranjero de un jugador que echa de menos España, pero que se siente muy cómodo en su actual club. «La vida en Nicaragua para un futbolista es muy tranquila. Entrenamos por las mañanas y luego vamos a la clínica de fisioterapia, nos centramos solo en el fútbol. El Gobierno ha establecido ciertas restricciones, como el cierre de cines, y ahora es verdad que estamos más recluidos en casa, pero lo llevo bien. No hay un confinamiento como en España».

Desde 8.000 kilómetros de distancia recuerda con cariño su paso por clubes modestos españoles como el Sariñena, el Cacereño, el Lealtad y el Teruel . Su debut en Segunda B, sin embargo, fue con el Huesca con Pablo Alfaro como entrenador. «En el Lealtad pasé seis mesis espléndidos en Villaviciosa. Pedrín, el presidente , era genial, pero me llegó una oferta para jugar en la primera división griga con el Larisa y era dar un gran paso en mi carrera".

«El fútbol nicaragüense es mucho más físico, las altas temperaturas lo hacen un poco especial, hay más contacto», afirma Gállego, uno de los cinco extranjeros del Managua. «En el vestuario hay también un mexicano, un brasileño, un hondureño y un cubano», explica antes de despedirse repitiendo en el adiós el mensaje de su saludo: «Mucho ánimo a toda España» .

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