Selección española
El otro estirón de Fabián
El andaluz, que en un año pasó de medir 1,54 metros a 1,89, es la mejor noticia de la España de Robert Moreno
El caos perturba a Robert Moreno
Los deberes de España
En esta España de andamios y ladrillo, todavía en construcción la obra que pretende Robert Moreno , destaca por encima de todo la figura de Fabián Ruiz , un chico buenísimo que juega en el Nápoles y que ha tirado la puerta con una autoridad que asusta. Hay ahí un pedazo de jugador, un zurdo con muy buen gusto que tiene todo lo que reclama esta selección de ensayos clínicos, nostálgica como está del talento perdido. A Fabián le sobra, a la vista está, y se le puede considerar, a todos los efectos, un fijo de este grupo.
Por la zona mixta del Ullevaal Stadion , ya con la noche cerrada y el frío reclamando el edredón, desfilaban los jugadores de España sin demasiada alegría. Molestó mucho el empate sobre la bocina de Noruega , pero molesto más aún la mala imagen del equipo, aunque para los futbolistas eso siempre son exageraciones de la prensa. Sin nada que celebrar, pues la clasificación no se cerró y faltaría un punto mañana ante Suecia para asegurarse el billete a la Eurocopa 2020, lo mejor de Oslo fue Fabián, una joya de 23 años .
Su historia es de las que conmueve, siendo en este caso su madre, Chari, la heroína anónima, encargada de tirar en solitario del chico y de los otros dos hijos, contratada como limpiadora de la ciudad deportiva del Real Betis y con cientos de kilómetros a sus espaldas, los que tuvo que hacer en innumerables ocasiones desde Los Palacios a Sevilla. El niño fue superando etapas en el Betis y, cuando ya era una realidad del primer equipo, el club le hizo protagonista de la campaña para sumar abonados junto a su madre. Juntos hasta el final.
Los grandes le siguen
Fabián es ahora la estrella del Nápoles , que en su día pagó 30 millones por él y que anda como loco por renovarle ante la amenaza de los grandes tiburones de Europa. Ha sonado para casi todos, Real Madrid incluido, y a punto estuvo el Barcelona de echarle el lazo, pero Quique Setién, cuando aún mandaba en el Benito Villamarín , abortó la operación. Siendo el Nápoles un club con cierta historia, será difícil que pueda retenerle, y más si mantiene esta progresión.
Ya apuntaba maneras de chico, pero tenía un problema relativamente importante para el musculoso fútbol de estos tiempos. Siendo cadete, con 14 años, medía 154 centímetros , y los entrenadores le decían a su madre que necesitaba crecer para dar el salto, que con esa estatura costaría verle en la elite. Y Fabián, de un verano a otro, dio el estirón, pasando de ser el más bajito del equipo a uno de los más altos. Mide ahora, aunque no lo parezca, 189 centímetros.
Está en la selección por su buen trabajo y porque Luis Enrique apostó por él en marzo, convocado para los duelos ante Noruega (en Valencia) y Malta (a domicilio). Era uno de los nuevos, uno de tantos, pero Fabián Rui z estuvo muy poco en Las Rozas porque una gripe A le envió directo al hospital. Volvió en junio, debutó contra las Islas Feroe saliendo desde el banquillo y, desde entonces, ha sido siempre titular cuando ha jugado: Suecia, Rumanía y el sábado contra Noruega.
«Es un jugador fantástico», expone Robert Moreno , enamorado del andaluz, que esta semana ha estado con fiebre por culpa de una faringitis que le dejó muy débil. «El míster me está dando confianza y partidos. Es un sueño estar aquí».
Capi Xavi e Iniesta
Elegido como mejor jugador del último Europeo sub 21, líder de esa selección junto a su amigo Ceballos , Fabián soñó con ser como Capi y con dar los pases que daban Xavi e Iniesta , sus referencias. De momento, va por buen camino. «Tiene un altísimo nivel, es una maravilla», completa Moreno. Pero darle el peso a él solo sería arriesgado, creo que deberíamos repartir responsabilidad. Por edad, tiene proyección y tiempo. Mis decisiones muestran que confiamos mucho en él. Y estamos contentos de que esté con nosotros». El placer es mutuo.
