Fútbol

Open Arms Pep

El problema de Guardiola no es de dinero, sino de dignidad

Salvador Sostres

Desde «mi fútbol es de izquierdas» hasta que la Superliga «no puede considerarse un deporte porque no existe la relación entre el esfuerzo y la recompensa», pasando por Open Arms , y por las lecciones de democracia que desde Qatar pretendió darle a España, Pep Guardiola lleva toda su vida tratándonos desde una supuesta superioridad moral en nombre de las ideas -y las actitudes- más equivocadas del mundo. A mí me parece muy bien que los españoles hagan lo que puedan para salvar su dinero de la brutalidad fiscal que sufrimos, pero los discursos hay que sostenerlos con la vida. Yo soy de derechas desde que me di cuenta de cómo vivía, y por qué. Pep ha vivido casi siempre mucho mejor que yo y no se ha cansado de decir tonterías. Es verdad que es un hombre poco inteligente. Y poco generoso. Demasiado afectado y narcisista. Pero hay algo más que pocas luces en su discurso. Hay impostura, hay cinismo, una enfermiza obsesión por la proyección pública de su imagen. Yo en Andorra no tendría nada, porque te acaban vendiendo siempre. Hay que ser más imaginativo. El problema de Pep no es de dinero sino de dignidad.

Pep es un cobarde que se esconde en los cuatro tópicos más baratos para hacerse como el que levita cuando en la realidad de su tren de vida se burla de todo lo que predica. Me pregunto cómo puede dormir tranquilo, cómo puede ser quien es y decir lo que dice sin morirse de la vergüenza . Me pregunto en qué piensa cuando se mira al espejo y ve sus toneladas de farsa. Y me pregunto también si llega a ver la farsa o la tiene tan incorporada que se lo ha tragado y se ha acostumbrado tanto al delirio que ya no puede distinguirlo. Es imposible no ver en Pep una metáfora de lo que ha ocurrido en Cataluña en los últimos años, y cómo una indemostrada sensación de superioridad ha llevado a la nostalgia y al fracaso. La final de la Champions ante el Chelsea fue la misma arrogancia que pensar que el 1 de octubre fue un referendo, la misma atrofia mental de no entender que Open Arms favorece a las mafias y el tráfico de personas; o bien el cinismo de entenderlo perfectamente y vestir sus camisetas mientras vas pensando en un nuevo paraíso donde esconder las ganancias.

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