Ferran Torres, el 'nueve' más letal de España

Nada cambia. La España que jugó ayer su primer partido de 2022 es un calco de la de los últimos años. Para lo bueno y para lo malo. No se aprecian diferencias ni en la actitud ni en el estilo, siempre dispuesto el equipo de Luis Enrique a llevar la batuta del juego. Pero también se observan las mismas dificultades para desatascar los partidos ante selecciones de segundo o tercer nivel, equipos a los que no les importa encerrarse y convierten el contragolpe en su única arma ofensiva. Ante Albania , otra oda del equipo nacional a la posesión inocua (869 pases), se tardó 75 minutos en abrir la lata. Y hasta en eso sigue todo igual, porque incluso los nombres de los que siempre salen al rescate (Ferran, Dani Olmo...) suenan a repetidos.

Ese primer tanto de España en el festivo Cornellá llegó con esos dos protagonistas sobre el terreno de juego y solo dos minutos después de una variación estratégica que resultó crucial: la retirada de Morata del campo y la ubicación de Ferran como delantero centro. En la primera jugada de ataque tras la sustitución, Yeremy , que había entrado por el delantero de la Juventus para ocupar el extremo diestro, metió un pase en profundidad que Ferran remató de tacón. Berisha, guardameta albanés, evitó un golazo. Y justo a continuación los dos mismos protagonistas. De nuevo Yeremy como asistente y Ferran en el remate, esta vez picando por encima del portero para romper la sequía y ampliar sus estratosféricos números con la camiseta de España.

Se ha convertido Ferran en el nueve inesperado de Luis Enrique, en su atacante más letal por mucho que el nuevo futbolista del Barça siga jugando escorado la mayor parte de los minutos. Sea en una posición o en otra, su eficacia con la selección es asombrosa. Nunca falla. Lleva 13 goles en 23 partidos, un promedio que le acerca a las cifras en las que se manejaba David Villa y con las que supera de largo las de otros delanteros tan emblemáticos como Raúl o Fernando Torres.

Ferran nunca destacó de pequeño por su instinto goleador, pero reconoce que es una de las cosas que más ha trabajado para ampliar su catálogo de virtudes futbolísticas. En el año y medio que pasó en el Manchester City se acostumbró a jugar de falso nueve, posición en la que Pep Guardiola supo explotar su talento técnico. Cerró su periplo en Inglaterra con 16 goles en 43 partidos, un promedio que ha conseguido superar con creces en los tres meses escasos que lleva en el Barcelona. Como azulgrana su inicio fue dubitativo. Llegó sin haber superado por completo una larga lesión en el pie y le costó empezar la racha, al punto de marcharse con lágrimas en los ojos durante un duelo ante el Nápoles por las ocasiones falladas. Hoy ya es todo distinto. Antes de marcar en Cornellá llevaba tres jornadas consecutivas marcando en la Liga.

Recién cumplidos los 22 años, la carrera de Ferran en la selección va íntimamente ligada a la figura de Luis Enrique. Fue el asturiano quien le hizo debutar en septiembre de 2019, tras convocarle en su primera lista tras su regreso al banquillo del equipo nacional. Desde entonces siempre ha echado mano de él, salvo lesión de por medio, y la respuesta que se ha encontrado en el jugador natural de Foyos ha sido impecable. Ferran fue el jugador de campo más utilizado en la fase de clasificación para el Mundial y es, además, hombre de grandes partidos. Lo demostró en aquella histórica goleada ante Alemania en La Cartuja (6-0), donde se convirtió en el héroe anotando su primer triplete como internacional. Y volvió a lucir ese aura especial con España marcando dos tantos a Italia en la semifinal de la pasada Nations League . « Sigo flipando cada vez que marco para España , cada gol con la selección es como una fiesta», dijo justo después de aquel encuentro que le encumbró ante la recién proclamada campeona de Europa.

No se sabe quién confía más en el otro. Si Luis Enrique en lo que puede llegar a aportarle su jugador, o el delantero en las ideas y los requerimientos del seleccionador. Sea como sea, su unión ha resultado una de las más prolíficas en la historia de la selección.