El primer ministro francés, Manuel Valls , ha vuelto a tropezar con el Barcelona. Si hace unos meses era su viaje a la final de la Liga de Campeones, pagado con dinero público, el que le ponía en un brete político, sus palabras ahora acerca de la posible incorporación del club catalán a la liga francesa le han vuelto a poner en medio de la polémica.
" Al fin y al cabo el Mónaco juega aquí, luego,... ", ha asegurado el jefe del Gobierno francés, nacido en Barcelona y declarado aficionado del club azulgrana en la revista «Challenges» bajo un «confidencial» titulado «con toda indiscreción».
Valls abre así las puertas del fútbol francés al Barcelona en caso de una independencia ante la que se ha mostrado en muchas ocasiones favorable a la unidad de España.
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