Manchester United, el gigante que no se levanta

El Liverpool estuvo 19 años sin ganar la liga inglesa y 14 sin conquistar la Champions pero bajo las órdenes de Jürgen Klopp ha levantado ambos trofeos en las últimas tres temporadas. Incluso el todopoderoso Bayern de Múnich, con una superioridad aplastante en Alemania, tras hacerse con tres Copas de Europa seguidas en los setenta (74, 75 y 76), estuvo 24 campañas sin volver a saborear el máximo éxito continental. El fútbol lo constituyen rachas pero los grandes proyectos siempre vuelven a renacer tras la sequía. Una regla que, de momento, no está cumpliendo el Manchester United, el club con más seguidores del planeta, pues desde 2013, último año en el que ganó la liga , lo ha intentado todo para volver al éxito y nada ha funcionado. Entrenadores de todos los estilos, fichajes millonarios, canteranos... Desde la retirada de Sir Alex Ferguson el equipo transita por la mediocridad, una imagen reforzada el pasado fin de semana, cuando fue vapuleado por el Liverpool (0-5), con cuatro tantos en la primera parte, la peor derrota sufrida a domicilio por su eterno rival en la historia.

El equipo es séptimo en la Premier, con solo 14 puntos de 27 posibles y fue eliminado de la Copa en la primera ronda por el West Ham. Solo la Champions le da algo de aire al conjunto, pese a que en la primera jornada fueron derrotados por el Young Boys suizo (1-2). La grada pide la cabeza de Ole Gunnar Solskjaer , que ha pasado en unos meses de leyenda del equipo (goleador en la final Europea del Camp Nou del 98) a entrenador defenestrado. Incluso excompañeros del noruego como Gary Neville , ahora analista televisivo, han criticado duramente la imagen del equipo en las últimas fechas. «Ha sido el día más negro desde que entreno a estos jugadores», reconoció el escandinavo tras el encuentro. Poco margen de maniobra para un grupo que en las próximas fechas se enfrentará al Tottenham y al Manchester City en liga y al Atalanta en Champions. Incluso Sir Alex, ya recuperado de sus problemas de salud e integrado de nuevo en el día a día del equipo, ha estado presente esta mañana en la sesión de entrenamiento para proteger públicamente al que fuera su pupilo.

Hartos de estar a la sombra y a modo de revulsivo, la dirección deportiva cerró la llegada de jugadores con pedigrí como Cristiano Ronaldo o Raphael Varane en el mercado de fichajes. Dos inversiones millonarias que se unen a la lista de cuantiosos fichajes de la institución, como el de Jadon Sancho (85 millones de euros), Harry Maguire (87), Romelu Lukaku (85, ahora goleador en el Chelsea) o Paul Pogba (105), líder de la plantilla y que acaba contrato este verano, por lo que podría comprometerse con otro proyecto sin un traspasado previo desde enero. Tan solo el mediapunta portugués Bruno Fernandes , fichado la temporada pasada, ha conseguido dar rédito deportivo de forma regular al conjunto del oeste de Inglaterra. Los nombres cambian y el dinero se gasta a expensas, pero los resultados no acaban de llegar.

Tampoco han conseguido dar con la tecla los diferentes inquilinos del banquillo de Old Trafford. El fútbol tradicional de David Moyes , que firmó en 2013 por seis temporadas y solo duro una; el sorpresivo paso de Ryan Giggs , que fue entrenador, jugador y capitán durante un mes en 2014; el soporífero paso de Van Gaal (2014-2016), repleto de fútbol seguro y apuesta por jóvenes como Marcus Rashford; o el volcánico Mourinho , que no consiguió implantar su sello como sí lo había hecho en el Chelsea y fue despedido tras un año y medio.

Cinco técnicos, contando con el actual, Solskjaer, que no han conseguido reflotar un equipo legendario que se ha tenido que conformar con títulos menores y que ha sido protagonista por encajar en las últimas temporadas varias de las goleadas más abultadas de la historia del campeonato inglés. Si a todo esto se le suma el sorpasso sufrido por el City, ahora dueño y señor de la ciudad de Mánchester, la estampa para los aficionados rojos es realmente sonrojante. En el horizonte aparece Antonio Conte , sin equipo desde el pasado mayo, cuando devolvió el campeonato italiano al Inter de Milán. Mano dura para un equipo a la deriva aunque, con la experiencia en la mano, parece que el problema es más profundo que los nombres o las cifras.