Brotes de Covid en el fútbol español bajo sospecha

Con el mundo del deporte mirando a Australia pendiente de los movimientos y novedades del caso Djokovic , el Covid y su gestión generan otras polémicas que, resultando muchos menos mediáticas, también desatan debate y hacen aflorar las suspicacias entre los aficionados. Es lo que ha sucedido con el partido entre el Numancia y el Lleida –dos conjuntos que no hace mucho batallaban en el fútbol profesional– y que debía disputarse el próximo domingo en Los Pajaritos. Un encuentro que el Juez Único de la Federación Española decidió aplazar el pasado miércoles debido a un brote de positivos (hasta nueve casos) del que fue informado por el club catalán. Hasta ahí nada extraño siguiendo los protocolos. Las sospechas, sin embargo, saltaron cuando esa cifra era desmentida pocas horas después por la propia plantilla ilerdense a través de un comunicado que llevó al conjunto numantino a reclamar a la RFEF que tome medidas para investigar los hechos.

La temporada, y no solo por el ataque del virus, está resultando muy complicada para la plantilla del Lleida , que a finales del pasado año convocó una rueda de prensa para denunciar los reiterados impagos de sus nóminas y amenazar con la convocatoria de una huelga. El club catalán atraviesa desde hace meses una grave situación económica e institucional, y su directiva está ahora también en el foco, incluso de su propia afición, por la gestión de los casos de coronavirus en la entidad. «Los últimos dos positivos no son ciertos, son de una señora de la limpieza que tiene el club y de una administrativa. Ni con una ni con otra la plantilla ha tenido contacto», explicó David Ramos, preparador físico del Lleida, en declaraciones al Heraldo-Diario de Soria.

El pasado miércoles, el conjunto leridano comunicaba dos nuevos positivos , sin especificar los nombres ni su función en el club, que se añadían a otros siete del primer equipo que había ido anunciando. Nueve en total, una cifra que, sin embargo, fue desmentida por los jugadores y el cuerpo técnico a través de un comunicado que dieron a conocer en sus respectivas redes sociales bajo el lema ‘Volem jugar’ (queremos jugar). En el texto detallaron los nombres, fechas y estado de cada contagio, y de cada recuperación, aclarando que los dos últimos positivos anunciados por la entidad eran miembros del personal del club, administrativa y la señora de la limpieza según David Ramos, con los que no habían tenido «ningún contacto en ningún momento durante el transcurso de la temporada».

«A día 5 de enero (fecha en la que la RFEF anunció el aplazamiento del partido ante el Numancia), no nos consta que haya más casos positivos, después de numerosos test adquiridos y realizados por nosotros, por lo que el número total de bajas por Covid-19 para competir el día 9 de enero es de un jugador y del entrenador Gabri García», concluían en su comunicado, que puso en alerta y desató las sospechas de la entidad soriana. El propio Gabri reconocía en declaraciones al Heraldo-Diario de Soria que no estaba sorprendido por esta situación teniendo en cuenta la gestión y la situación que arrastra el club: «Para nosotros, que vivimos el día a día de este club, no es sorprendente este último capítulo en el Lleida. Es una más».

El Numancia no tardó en mover ficha y solo unas horas después presentó alegaciones ante la RFEF, según hizo público. «Ante esta situación tan extraña como contradictoria y teniendo en cuenta que la resolución del Juez Único permite presentar alegaciones en el plazo de 48 horas, el Numancia solicita a la Federación Española que tome las medidas oportunas con el fin de investigar los hechos». Los sorianos confían en poder jugar finalmente ese partido.