Piqué: «Cuando estoy calladito se me realza más»

Como de costumbre, Gerard Piqué asumió el foco en la sala del prensa, acomodado en su butaca del Juventus Stadium, Se sentaba al lado de Julen Lopetegui y más allá estaba Koke, pero siempre que él comparece las preguntas más jugosas van dirigidas hacia su persona, encantado con ese rol de chico malo que acentúa en función de las circunstancias. Ahora está más modosito y no enciende al personal, un motivo de peso, según su manera de entender las cosas, para que se le valore más.

«Estoy en un buen momento, pero llevo dos tres años a gran nivel. Otra cosa es que cuando estoy más calladito se realza más mi rendimiento. Pero creo que llevo años a este nivel», argumentó en la respuesta más interesante de una rueda de prensa a tres bandas con traducción simultánea en un estadio pata negra.

Piqué, así lo demuestra tanto de azulgrana como de rojo, ha dado un paso al frente, líder en los dos equipos y una referencia en la selección. Buena parte del equilibrio de España depende de él y también ante los medios transmite el mensaje. Piqué confía en esta selección. «No compararé lo de antes con lo de ahora. Con Lopetegui hay nuevos matices, se trabajan quizá otras cosas que no trabajamos con Vicente, pero esa época va a ser irrepetible, única en la historia de este país. Empieza una nueva era que arrancó con muy buen pie ganando a Bélgica y Liechtenstein. Ahora queremos dar un pasito más y ganar a Italia, que reforzaría la idea que tenemos con este entrenador».

El defensa también quiso destacar la capacidad italiana de estar siempre ahí, un rival que dejó a España fuera de la Eurocopa y que presenta un currículum maravilloso. «Italia tiene la historia, todos los títulos, siempre llegando a fases finales y lejos, con un modelo de juego que siempre se les ha catalogado de defensivos aunque ahora es un momento muy goleador en su propia liga con equipos como la Juve o el Nápoles... Italia es historia, eso pesa y sabemos cómo es». Koke, al que únicamente le llegaron dos preguntas, respaldó esa tesis. «Lo llevan en la sangre, a los italianos nunca hay que darles por muertos. Lo dan todo en el campo, tienen esa pasión por el fútbol y es lo que les hace especial»