Radiografía al balompié nacional

El inquietante declive del fútbol español

Por primera vez desde 1993, no hay españoles candidatos al Balón de Oro, los clubes pierden fuerza en Europa y la selección sigue en tierra de nadie

Tras la salida de Iniesta, Piqué y Silva, del bloque campeón del mundo sólo siguen Sergio Ramos y Busquets REUTERS

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Con los ojos cerrados, si se hace un esfuerzo por afinar el olfato, todavía se percibe en el ambiente el aroma que desprenden el vino y las rosas, ornamentos propios de una época que ya queda en el retrovisor. Hay un momento a partir del cual las generaciones de aficionados al fútbol en España no saben que aquí también se pierde . Que el balón no siempre termina en la portería rival. Que esto es un juego en el que lo normal es perder, y a partir de ahí se puede empezar a soñar. El devenir de clubes que hasta hace un par de años tiranizaban las competiciones internacionales, lo mismo con la selección nacional, evidencia que el despertador sonó hace tiempo para el fútbol español, por más que al personal le encantaría disfrutar de cinco minutos más.

Pocos algodones tan válidos para probarlo como la última lista de candidatos al Balón de Oro . No se trata de cubrir el premio con más barniz del que tiene, pero la realidad es la que es: por primera vez desde 1993, no ha habido ni un solo jugador español entre los candidatos , en este caso 30, al galardón. Ayuda a ser consciente de lo que ha llovido atender al ganador de aquel año: Roberto Baggio. Para esta última edición sí figuran nombres como Wijnaldum, Van de Beek, Tadic o Lloris. Habrá quien lo justifique atendiendo a los resultados de los equipos para los que juegan quienes tendrían papeletas para estar entre los elegidos, pero el año pasado la cosa no fue mucho mejor y ahí estaban Ramos e Isco. En 2017, además, se apuntó De Gea. Y en 2012 había siete (Iniesta, Piqué, Xavi, Busquets, Casillas, Ramos y Xabi Alonso).

A vueltas con si es una cuestión de jugadores -salió Cristiano, Messi afronta la recta final de su carrera, el Atlético perdió medio esqueleto el último verano y la selección es hoy una resultona reunión de jugadores notables, a la espera de encontrarse con algún sobresaliente- , de pizarra -Zidane y Valverde nunca han estado tan discutidos por su hinchada, Simeone anda a vueltas con el sistema, no hay forma de recitar un once tipo de Moreno- o de simples ciclos , Real Madrid, Barcelona y Atlético vieron hace unos meses como el ostentoso fútbol inglés les arrebataba la condición de jerarcas de la Copa de Europa. Tan cierto que los blancos cayeron contra el Ajax y los rojiblancos frente a la Juventus como que un cruce contra un «coco» inglés hubiera tenido, vistos los méritos demostrados, consecuencias similares. No digamos ya si se evoca aquella noche en Anfield, epítome de un cambio de guardia que hoy queda patente en cada gota de sudor de más que los Galatasaray o Slavia de Praga de turno exprimen a quienes hasta hace poco hacían de la melodía de la Champions su particular toque de corneta hacia la gloria.

«Hay algo muy evidente: Inglaterra es quien tiene el dinero. No hay más que comparar el valor medio de los equipos de la zona baja de la tabla de la Premier con los de la Liga», explica a ABC Santi Cañizares , exportero de la selección, Madrid o Valencia. El Watford, colista, suma 235 millones de euros según el portal Transfermarkt; el Leganés, su homólogo español, se queda en 106. En el otro extremo de la tabla hay una concurrencia impropia tras nueve jornadas: Barcelona y Madrid podrían salir de la zona Champions si pierden su próximo partido.

Etapa de transición

En lo que concierne a la selección, Cañizares opina que hay un gran grupo de futbolistas, y destaca la polivalencia de los perfiles que vienen formando el equipo de Moreno. «No veo carencias. Otra cosa es la cotización», matiza. «El listón es muy alto, el máximo», se apunta Lucas Alcaraz , rostro conocido en los banquillos de la Liga. «En la selección se han retirado diez o doce campeones del mundo hace nada. Hasta que no ganemos algo, estamos en etapa de transición», resuelve el técnico granadino, quien opina que una fase de clasificación «sólo sirve para clasificarse». «A mí no me dice nada que se sufra con Noruega o Suecia. Lo que importa son los Mundiales y las Eurocopas. Los jugadores buenos están ahí, pero hasta que no ganen algo nadie se lo va a reconocer», continúa.

Por el momento, tampoco hay palmadas en la espalda para el combinado español en el ránking de la FIFA , que ayer situó octavo al elenco de Moreno en su última actualización, un puesto más abajo que en la anterior. Por delante, en una lista que encabeza Bélgica, figuran Croacia o Uruguay. Lógico parece, cuanto menos: desde la toma de posesión de Luis Enrique, julio de 2018, 49 jugadores han desfilado por Las Rozas, en un casting interminable de listas que no cuajan como equipos. Nada de lo que preocuparse cuando toca visitar las pintorescas Islas Feroe, algo incómodo cuando aprietan los combativos conjuntos nórdicos, un casi imposible el día que las cosas se pongan serias frente a un rival de estatura. Al fondo colean los éxitos en las categorías inferiores, algo que tiene ya el mismo tinte de constante que de estéril, vacío el vestuario de los mayores de las figuras que apabullaron en el Europeo sub 21 ganado en 2014 (apenas De Gea, Carvajal y Rodrigo son fijos), y sin visos de que cambie a corto plazo con quienes conquistaron el del pasado verano, más allá de la importancia que puedan tener Ceballos y Fabián.

«Hay que adaptarse a lo que hay. Ahora, se mira al rendimiento, da igual el contexto táctico o si el jugador está en el extranjero», razona Luis Milla , exseleccionador sub 21. A su juicio, el cual parte de la base de que Iniesta y Xavi son algo que conviene no comparar con lo venidero, la pérdida de control que tanto la selección como Barcelona o Madrid acusan en los últimos tiempos obedece a patrones que están haciéndose fuertes en el fútbol de estos días: «Los equipos competitivos que estamos viendo son muy físicos. Se te meten encima. Ahora estás obligado a dominar las transiciones, a no especular en el medio campo. Se vio bien en el partido de ayer (por el miércoles) del Barça. El Slavia, un equipo sin figuras, planteó un encuentro de todo o nada en el que le generó muchos problemas, y no fueron más porque les falta un goleador», analiza. Alcaraz expone una percepción similar: «Ahora se ven cosas menos estéticas que también dan resultados. La opinión pública tendrá que cambiar su percepción, porque quizá el Barcelona o la selección nos habían tenido engañados. Los resultados son lo que generan opinión, y estos van ligados al juego, que es algo que se retroalimenta constantemente», advierte.

Lo bueno que tiene el fútbol es que, pese a la evidente caída, las expectativas siempre se mueven en sentido contrario a la razón . «Los títulos se deciden en marzo y abril», comenta Cañizares. «Hay que esperar. Hemos visto al Madrid ganar Champions en temporadas mediocres», apunta Alcaraz. «En España las cosas venían haciéndose muy bien. Debemos ser pacientes», cierra Milla. La Eurocopa, por poner números al asunto, está a siete meses vista.

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