Fútbol

El hijo del entrenador le brinda el triunfo al Oporto en el último suspiro

Sergio Conceiçao introdujo a su vástago Francisco en el minuto 87 cuando su equipo empataba a dos en Estoril; tres minutos después, el joven atacante anotó el gol de la victoria

Sergio y Francisco Conciençiao fundidos en un abrazo AFP

I. M.

El fin de semana en el fútbol europeo dejó una de las historias más bonitas de lo que va de curso, un cuento más propio del cine hollywoodense que de la pequeña Primeira Liga lusa. El líder de la competición, el Oporto, veía como se le escapaba la victoria ante el aguerrido Estoril, pero en los últimos compases del choque, Francisco Conceiçao (Coimbra, 2002), el hijo del entrenador, salvó los tres puntos para el júbilo de los norteños. Tras el gol, isofacto, el joven extremo corrió hacia el banquillo para fundirse en un abrazo con su padre , firmando una breve escena familiar donde no sobraron los besos y los gestos de emoción desmedida que generan los goles a favor en el último minuto.

El Oporto visitaba un Estoril repleto de bajas, sin embargo, el quinto clasificado del campeonato luso sorprendió a los de Sergio Conceiçao. En el descanso, los locales dominaban el partido 2-0 ante un líder irreconocible; dubitativo y débil en las dos áreas. Además, los blanquiazules, impotentes, estaban desaprovechando el pinchazo del Sporting, club con el que compartía el liderato pero que había perdido ante el Santa Clara en la misma jornada 17. Pero en el segundo tiempo, la cara de los de Do Dragao fue completamente diferente. Encomendados en el excelente extremo colombiano Luis Díaz , un talento por el que se está peleando media Premier League, los de Conceiçao empezaron a dar la vuelta al partido. Taremi puso el 1-2 en el ecuador del encuentro y Díaz, en el minuto 79 firmó las tablas en el marcador.

Pero cuando el encuentro ya moría, en el minuto 87, Conceiçao decidió dar entrada a su hijo Francisco, un habilidoso extremo zurdo de 19 años que deslumbró en el filial del Oporto y que desde el final de la campaña pasada acostumbra a jugar en los minutos finales de los encuentros del equipo entrenado por su padre. Tres minutos después, en el 90, Díaz realizó una bella jugada por la banda izquierda, desequilibró a su par y puso un centro raso que Francisco mandó al fondo de la red. El gol valía los tres puntos, y el adolescente, descamisado , fue en busca de su progenitor para festejar su hazaña.

«Francisco hizo su trabajo, marcó el gol de la victoria. Pero en otras ocasiones, le di ese abrazo a otros jugadores . Le di ese abrazo de corazón a él y a todos los demás, especialmente cuando están dedicados al juego, con determinación y ambición. No siempre ganas, pero cuando ves todo lo que se vio en la segunda parte... Los chicos saben que hay un entrenador que reconoce ese mérito», restó importancia al acontecimiento su padre tras el encuentro.

El joven, con ficha en el primer equipo desde la presente temporada, solo suma 177 minutos en la liga portuguesa, aunque ya ha jugado dos encuentros de Champions y ha sido titular en los dos encuentros que su equipo ha disputado en la Copa (dos asistencias y un gol). Con el Benfica convaleciente, a siete puntos del liderato, y tras la derrota del Sporting , el gol de Conceiçao da un poco más de aire al Oporto al frente del campeonato portugués. «Festejé con el entrenador como lo hice con todos mis compañeros. Nuestro espíritu de equipo era evidente y tenemos que seguir así para ser campeones al final », dijo el chico, visiblemente emocionado, tras su primer momento estelar en uno de los dos gigantes del fútbol luso.

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