Ada Hegerberg: Ni «perreo» ni Mundial, el precio de la igualdad

Digna heredera de Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán , Carmen de Burgos o Clara Campoamor , iconos en la lucha por la igualdad en los derechos de la mujer, Ada Hegerberg (Noruega, 1995) ha puesto su grano de arena al denunciar la doble moral que rodea al fútbol y en el que la mujer siempre sale malparada. Primera fémina en ganar el Balón de Oro otorgado por la FIFA, tratará de conquistar mañana su cuarta Liga de Campeones consecutiva con el Olympique de Lyon . Enfrente tendrá al Barcelona de Lieke Martens , en lo que ya es un hito para el fútbol femenino español.

Pero más allá de los innumerables éxitos y distinciones logrados por la delantera del club francés, Hegerberg destaca por sus valores y espíritu de lucha en pos de la equiparación entre hombres y mujeres. Su implicación es de tal magnitud que ha mantenido su palabra y ha cumplido la amenaza que lanzó en 2017 de no disputará el Mundial que arranca el 7 de junio en Francia. « El fútbol es el deporte más importante de Noruega para las niñas y lo ha sido durante años, pero las chicas no tienen las mismas oportunidades que los chicos. Es algo que tiene que cambiar», denunció, destacando que no todo, aunque también, se reducía a la equiparación salarial .

Su calidad y el impacto mediático de su figura en Francia será un duro revés para el torneo a nivel de imagen y para Noruega a nivel deportivo. « Sé lo que quiero y conozco mis valores . Es fácil tomar decisiones difíciles cuando sabes cuáles son los valores que defiendes. Se trata de ser sincera, de ser tú misma», argumenta. Sus 41 goles en 45 partidos de Champions le han colocado en la órbita del Barça , club al que se mide mañana. Seguramente, si Martin Solveig, presentador de la última gala de la FIFA, hubiera conocido el carácter reivindicativo de Hegerberg, no le habría preguntado a la futbolista si sabía bailar twerking , un sexual estilo de baile también denominado «perreo». «Podría haberme preguntado por cosas de fútbol», le recriminó después la noruega.