Fútbol

La guerra en el fútbol español empaña el convenio del fútbol femenino

El sector de la AFE afín a Rubiales intenta desacreditar el acuerdo que pone fin al conflicto del fútbol femenino

Jugadoras presentes en la presentación del convenio este miércoles en el Congreso Ángel de Antonio

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En un día con visos de ser histórico para el fútbol femenino , hubo quien se empeñó en ensuciar el confeti que traía la firma del convenio colectivo que tantos quebraderos de cabeza había provocado. El vicepresidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales Jesule Barbadilla y los vocales de la Junta Xavi Oliva, Queco Piña y Armando Lozano, todos ellos afines a Luis Rubiales, emitieron un comunicado a la misma hora en que el acuerdo se escenificaba en el Congreso de los Diputados. El texto tilda el contenido del pacto de «excluyente y precario», al tiempo que habla de una «vergonzosa firma» y se escuda en que es el mensaje que habían filtado «numerosas jugadoras». Fuentes del sector oficial de la AFE consultadas por ABC se mostraron sorprendidas por lo sucedido y se remitieron a la votación que tuvo lugar el pasado 9 de enero, resuelta con el voto unánime a favor de la firma. «Son ellos quienes tienen que dar explicaciones», concluyeron desde la cúpula de la asociación, escenificando una ruptura que no tiene pinta de solucionarse a corto plazo.

Las relaciones entre la Liga y la Federación están rotas, y la tirantez tiene réplica entre el resto de estamentos de las altas esferas del balón, divididos en dos bandos. La batalla tiene como próximo frente las elecciones en la Federación, donde Íker Casillas disputará a Rubiales la presidencia. El exportero cuenta con el respaldo del sector oficial de la AFE, con David Aganzo a la cabeza. Javier Tebas, presidente de la Liga, no se ha manifestado, pero sí ha dicho que prefiere «a cualquiera menos a Rubiales».

Horas antes de que todo esto estallara, la sede del Consejo Superior de Deportes había alojado un acto oficiado por Irene Lozano que pretendía tener carácter festivo, y en el que estuvieron presentes todas las partes salvo la AFE, que sí se personó por la tarde en el acto que hubo en el Congreso de los Diputados.

«Un punto de partida»

Quien no tuvo ningún papel en la fiesta fue la Federación, excluida de este asunto desde que se rechazó la propuesta que durante varias semanas se llegó a dar por buena, y que incluía más dinero para los clubes a cambio de un trozo en el pastel de los derechos que ostenta Mediapro. Lo que se ha terminado dando por bueno fue una resolución en la que la productora abonará 100.000 euros a cada uno de los doce clubes sobre los que tiene potestad -los que restan tras excluir a Barcelona, Tacón, Atlético de Madrid y Athletic Club-, que no resuelve el entuerto de las emisiones por el cual seguir el desarrollo de la Liga por la televisión se hace imposible pero sí alcanza unos mínimos que constituyen «un gran punto de partida» sobre el que «seguir creciendo» , según dijo Lozano.

Las medidas destacadas son la fijación del salario mínimo en 16.000 euros para las jugadoras con contrato a tiempo completo, 12.000 para las de jornada parcial; la prórroga automática de los contratos a los que les resta menos de un año para aquellas futbolistas que se queden embarazadas, o la normativa que se impondrá a quienes suban de los filiales: deberán ir convocadas al menos en doce partidos, y jugar como mínimo diez. También se ha restringido la duración de las concentraciones, se ha establecido un periodo fijo de vacaciones y se han introducido primas por antigüedad.

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