Griezmann pone en un aprieto racista al Barça de los valores

La influencia que tienen los futbolistas sobre la sociedad adquiere tal magnitud que en muchas ocasiones ni ellos son conscientes. Con el recuerdo reciente del cuestionable gesto de Cristiano Ronaldo en la Eurocopa al apartar un refresco o de Pogba haciendo lo propio con una cerveza durante sus ruedas de prensa, surge ahora una nueva polémica tras filtrarse un vídeo de la gira que el Barcelona realizó por Japón en 2019 y que ha provocado que Griezmann y Dembélé sean acusados de racistas. El extremo grabó el vídeo para la plataforma Snapchat mientras unos operarios asiáticos del hotel arreglaban su videoconsola y ahora se ha difundido, creando un enorme revuelo. En la grabación se escucha un comentario de Dembélé («Todas estas caras feas solo para que puedas jugar al PES, ¿no te da vergüenza?»), y la respuesta de su compañero: «¿Qué tipo de lenguaje es ese?».

Las reacciones y las consecuencias no se han hecho esperar y supondrán unas notables pérdidas económicas para Griezmann. Konami, empresa japonesa de videojuegos, ha roto la vinculación que había establecido hace apenas un mes con el galo, al que había fichado como embajador de la marca y que debía participar en el desarrollo de una carta inspirada en él. Por primera vez, se iba a añadir al conocido manga ‘Yu-Gi-Oh!’, una carta coleccionable y jugable inspirada en él. El escándalo, no obstante, también podría salpicar al Barcelona, ya que Konami Digital Entertainment es dueña de la franquicia del juego del Barcelona eFootball PES y ya ha pedido explicaciones al club catalán, que como socio podría verse afectado en acciones futuras.

Ni siquiera las disculpas del futbolista galo han atenuado las drásticas medidas de la empresa nipona, ofendida por la actitud de los dos futbolistas. «Siempre he estado comprometido contra cualquier forma de discriminación. Durante los últimos días, algunas personas han querido hacerme pasar por el hombre que no soy. Rechazo firmemente las acusaciones que se me han hecho y lamento haber podido ofender a mis amigos japoneses», publicó Griezmann en Twitter, mientras Dembélé se desvinculó de cualquier motivación racista. «Estas expresiones no estaban dirigidas hacia ninguna comunidad en concreto. A veces utilizo este tipo de expresiones en privado, con amigos, sin importar su origen».

Un desliz mucho más serio de lo que parece y que también le puede costar mucho dinero al Barcelona. De hecho, Rakuten, patrocinador principal del club azulgrana (abona 55 millones anuales por publicitarse en la camiseta del primer equipo), ha pedido explicaciones justo cuando está negociando la renovación del vínculo. «Tales declaraciones son inaceptables bajo cualquier circunstancia y se protestará sobre ellas formalmente contra el club», denunció Hiroshi Mikitani, CEO de la tienda en línea más grande de Japón.

El Barça, que no puede permitirse la pérdida de patrocinadores, se ha afanado en reprender a sus futbolistas públicamente, reconociendo que su actitud en el vídeo «no coincide con los valores que el Barcelona representa y defiende». A través de un comunicado, el club azulgrana explicó ayer que, «aunque los jugadores ya han mostrado su pesar y se han disculpado con la afición y los colaboradores japoneses», tomará «las medidas internas que sean necesarias». «No hay lugar para el racismo en el Barcelona», afirmó el club.