Fútbol

El Chelsea conquista el Mundial de Clubes que nadie vio

Un gol de Havertz en la prórroga decide el título intercontental para los londineneses ante un gran Palmeiras

Havertz tras marcar el gol definitivo de la final del Mundial de Clubes Reuters

Iván Martín

Cuando un equipo de LaLiga gana la Copa de Europa, el Mundial de Clubes se convierte en un aliciente para la hinchada representante y, por extensión, para el grueso del aficionado español. En tal supuesto, se sigue el torneo con cierta ilusión, se toma como un título tan serio (o más) como cualquier Supercopa y si el conjunto patrio levanta el trofeo, el sobrenombre de campeón del mundo y el parchecito en el pecho se portan con orgullo durante todo un año.

Por ejemplo, el Real Madrid llevó tal mérito junto a su escudo durante más de tres temporadas, entre 2016 y 2019, cuando agrandó su periplo en la Champions y cumplió, no sin sufrimiento, en su tarea globalista, un torneo en el que el representante europeo, el territorio donde residen los mejores equipos del planeta, siempre parte como favorito frente a los demás campeones continentales, para los que la cita sí es un reto mayúsculo.

Otro gran momento que regaló esta competición al imaginario futbolístico nacional fue protagonizado por Pep Guardiola . En 2009, el que quizá haya sido el mejor Barcelona de la historia superó a Estudiantes de la Plata en la final, y el técnico, tras completar el sextete, no pudo contener las lágrimas en una imagen para el recuerdo.

Sin embargo, cuando el ganador de la Liga de Campeones es un club foráneo, el torneo parece carecer de cualquier interés en nuestro país. Un fiel ejemplo de ello es la reciente edición, en la que el Chelsea acaba de superar al Palmeiras para alzar su primer Mundialito: ninguna televisión española ha adquirido los derechos del torneo .

Pese a los intentos de la FIFA por crear a partir de la Intercontinental un torneo optimizado y atractivo, la realidad es que la naturaleza eliminatoria, cuasi veraniega, del Mundialito entra en conflicto con un mes de febrero ocupado por la vorágine competitiva de la Liga y la Copa en las mejores competiciones europeas. E, inevitablemente, el Mundial de Clubes roza la desatención .

La prórroga decidió al campeón

El equipo dirigido por Thomas Tuchel conquistó su primer Mundial de Clubes al derrotar a un digno Palmeiras en la prórroga. Lukaku , con un bello cabezazo, adelantó a los del burgués barrio londinense en el minuto 55, pero la reacción del campeón de la Libertadores fue inminente. En el 64, Veiga engañó a Mendy desde los once metros después de que Thiago Silva hiciera un torpe penalti sobre Rony. Tras el gol brasileño el encuentro viró hacia lo insípido y ya en la prórroga, cuando el encuentro ya moría, Havertz rompió la igualada para entregarle el título mundialista al Chelsea.

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