Era el último partido del Barça en su casa en la presente liga y el centrocampista brasileño lo despidió entre bostezos y acurrucado en los asientos . Desde allí siguió, aparentemente con no mucho interés, el partido de sus compañeros, en el que se jugaban sus últimas opciones de pelearle la liga al Real Madrid.
Sin embargo, la emoción del momento no iba con el futbolista que la próxima campaña jugará en la Juventus de Turín.
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