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Barcelona-CeltaIago Aspas: «He pasado muchas noches en vela por el PC Fútbol»

Icono del Celta y uno de los mejores jugadores de la actual temporada, Iago Aspas detalla su pasión por el fútbol en esta íntima entrevista con ABC

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A quince kilómetros de Vigo, en la pequeña península del Morrazo, que separa las rías de Vigo y Pontevedra, emerge Moaña, un pequeño pueblo costero de la costa de Pontevedra con apenas 20.000 habitantes. Allí nació y se hizo persona y futbolista Iago Aspas (1 de agosto de 1987). Calles y plazas de esta localidad gallega fueron la impagable escuela de uno de los futbolistas del momento, estrella e ídolo del Celta, que amenaza el Camp Nou, con el dulce recuerdo del vibrante 4-3 de la primera vuelta en Balaídos.

-¿Mintió con su edad para entrar en las categorías inferiores del club?

-(Risas) El día que tenía que ir a hacer las pruebas me encontré con la sorpresa de que eran para chavales nacidos en 1986.

Para los que nacieron en el 87, como yo, habían sido el día anterior. Me eché a llorar del mal rato que pasé, pero mi tío me aconsejó que dijera mi fecha de nacimiento con un año más. Lo hice, nadie se dio cuenta, pude hacer las pruebas y me eligieron. Luego confesé al club mi mentirijilla, pero no me lo tuvieron en cuenta. Les hizo mucha gracia.

-¿Dónde aprendió a jugar al fútbol?

-En Moaña, mi pueblo. Salía del colegio y solo pensaba en mi balón. En la misma calle donde vivían mis padres me podía pasar toda una tarde chutando al portal de nuestra casa, que hacía de portería.

-Hay una seria distancia desde Moaña a las instalaciones de A Madroa. ¿Cómo iba hasta alli de pequeño?

-Mi madre, que hoy todavía es mariscadora, hizo muchos sacrificios para que mi hermano y yo llegáramos lejos. Es verdad que vivíamos a 25 kilómetros del campo entrenamiento y ella no tenía carnet ni nosotros edad para tenerlo. Yo iba a entrenar cogiendo primero un barco y luego el autobús. Cuando ella podía, venía conmigo. Había días que echábamos un par de horas para ir al entrenamiento. Pero la ilusión podía con todo.

-Me ha mencionado a su hermano, Jonathan, que también fue futbolista. Como su tío Cristobal, sus primos Aitor y Adrián...

-La historia de mi familia con el fútbol es muy romántica. Jonathan fue un referente para mí. Hizo cosas importantes en el Celta. También mi padre se dedicó al fútbol. Recuerdo muchas de sus historias. Me contaba cómo, después de la guerra, eran ellos mismos los que se hacían las pelotas, se ataban las botas con cuerdas... Me remarcaba todo eso para que supiera valorar lo que tenía.

«Un fin de semana puedo ver hasta diez partidos por televisón. En el descanso le pongo los dibujos a mi hijo»

-Usted fue padre el pasado verano. ¿Quiere que su hijo siga sus pasos?

-Tiago solo tiene ocho años pero ya se ve conmigo todos los partidos. Y en los descansos le pongo los dibujos. No le queda otra (risas).

-Es un «enfermo» del fútbol.

-Sí, me encanta. Estoy obsesionado por este deporte. Por ejemplo, si jugamos en casa y nuestro partido es el domingo por la noche, me puedo ver ese fin de semana hasta diez encuentros. El del viernes y los cuatro del sábado de Liga. Además, también alguno de la Premier o la Bundesliga que se juegue a mediodía. Y el domingo también intento ver alguno más. Ver tanto fútbol me enriquece. Aprendo movimientos de algunos jugadores que luego me son muy útiles.

-No es habitual futbolistas tan enamorados de su profesión.

-Fíjese si me gusta que mi juventud estuvo marcada por el PC Fútbol. El 5.0, 6.0, el 7, el 2000. Anda que no le he echado horas yo a ese juego. Había noches que ni siquiera dormía. Me pasaba toda la madrugada pegado a la pantalla del ordenador. Nunca habrá un juego de fútbol tan bueno como aquel.

-¿Le gusta la faceta de director deportivo?

-Sí, bastante. Cuando el club quiere fichar a alguien que no es muy conocido me pregunta para que le dñe referencias. El último caso fue con Hjulsager, el jugador danés que fichamos en el mercado invernal. Cuando deje el fútbol quiero dedicarme a la dirección deportiva

-¿Qué le pasó en el Liverpool?

-Es la cara B del fútbol y se acepta sin dramatismos. En la temporada que jugué allí (2013-2014) el equipo estuvo muy cerca de ganar la Premier, tras muchos años sin lograrla. Iban bien las cosas y entiendo que tuviera pocos minutos. Había gente muy buena, como Gerrard, Coutinho o Luis Suárez, y lo que hacía era aprender de ellos.

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-Regresó al Celta perdiendo dinero. ¿Por qué?

-Lo más fácil hubiese sido quedarme en el Liverpool, aunque estuviera siempre en el banquillo, ganando un pastizal. Y luego, irme a mi casa a taparme en el sofá con una manta llena de dinero. Pero yo no soy así. Perdí mucho dinero por el camino, pero esa nunca fue mi prioridad.

-¿Cómo vivieron el aplazamiento del partido contra el Madrid?

-Cada club defiende lo suyo, pero lo primordial es la seguridad. El partido no se podía jugar. Todo lo demás era secundario.

-¿Se le puede ganar al Barça dos veces en la misma temporada?

-¿Por qué no? Ganamos hace un par de años en el Camp Nou y vamos con esa misma idea. Tenemos que ser fiel a nuestro estilo, ofrecer nuestra mejor versión, y confiar en que los pequeños detalles caigan de nuestro lado.

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