Historias del fútbol

El asombroso año del Marino Luanco, un equipo de leyenda en el fútbol modesto

El conjunto asturiano escribió una página memorable en su historia en la temporada 2000-01, rubricada con cuatro títulos

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Hay equipos que han quedado para la historia por sus éxitos, como en su día el Ajax de Cruyff , el Real Madrid yeyé , el Milán de Sacchi o el Barcelona del Dream Team . El fútbol más modesto también cuenta con pequeños equipos de leyenda, como el Marino de Luanco que dirigía el gijonés Roberto Robles en la temporada 2000-01. En una campaña inolvidable, el club asturiano, entonces en Tercera división, protagonizó una "hazaña" en el otro fútbol al proclamarse campeón en las cuatro competiciones en las que participó. Una brillante trayectoria que tuvo una enorme repercusión en toda España.

Considerada la capital asturiana del bonito desde 1984, hace dos décadas la pequeña villa marinera de Luanco y sus gentes disfrutaron de un equipo tetracampeón. Todo lo que jugó lo ganó, hasta cuatro títulos, uno detrás de otro: la liga de Tercera División ; campeón de Asturias de la Copa Federación ; campeón de España de la Copa Federación; y vencedor en la liguilla a Segunda división B , ascenso con el que rubricó una temporada inolvidable plagada de sidra y cabrales en las celebraciones. Aquel conjunto luanquín estaba comandado por Luis Gallego , que continúa en la presidencia de la entidad fundada en 1931.

A 40 kilómetros de Oviedo, Luanco y su estadio, el Municipal de Miramar , estuvieron en el foco de los aficionados de toda España, especialmente los del fútbol modesto, durante toda la temporada 2000-01, en la que el Marino encadenó una sucesión de éxitos jamás vista hasta entonces. Su inicio de curso, con dos empates ante Piloñesa y Colloto , no hacía presagiar que aquel equipo acabaría convirtiéndose en una leyenda del fútbol modesto. Pero Roberto Robles mostró sus dotes de motivador y el técnico supo enderezar el rumbo de un grupo que acabó convirtiendo 2001 en un año mágico para la afición marinista.

El primero de cuatro

Las alegrías, sin embargo, se adelantaron a 2000, cuando el Marino de Luanco conquistó la fase regional de la Copa Federación . En la final, disputada en octubre en el Carlos Tartiere de Oviedo, el equipo de los Fermín, Sergio Villanueva, Mario Prieto, Pedro, Pipi, y Cabal pasó por encima de un Llanes que terminó goleado (5-0).

Pipi

En mayo de 2001, el segundo chupinazo estalló en la villa marinera, la celebración de la Liga de Tercera división , en la que quedó por delante de Oviedo B, Langreo y Lealtad . El hambre de títulos del aquel entusiasta conjunto gozoniego no se sació y lo mejor aún estaba por llegar.

Un mes antes de ganar esa Liga, el Marino de Luanco había eliminado al Puertollano en la semifinal de la fase nacional de la Copa Federación , en la que tuvo que enfrentarse al Tropezón en la eliminatoria decisiva por el título. Los asturianos vencieron en la ida en terreno cántabro (0-1) y levantaron la copa en su estadio después de una contundente victoria (3-0). Ante 3.000 aficionados y con Ángel María Villar , entonces presidente de la Federación Española, en el palco de Miramar como testigo, aquel 14 de junio de 2001 quedó para la historia de la entidad asturiana porque, por primera vez en sus 70 años de vida, el Marino consiguió conquistar un título nacional .

Un suculento premio

Un trofeo que vino acompañado por un suculento premio en metálico, 15 millones de pesetas. Luis Gallego sorprendió al presidente Villar al detallarle el destino de aquel dinero: la mitad (7,5 millones) para repartir entre la plantilla y el cuerpo técnico; y la otra mitad para que aquel equipo entonces aficionado se diera unos pequeños lujos: la compra de una lavadora industrial, una secadora y una segadora .

Ángel María Villa entregando la Copa Federación al capitán del Marino Rafa González

El broche de oro a una temporada de ensueño llegó en la liguilla de ascenso a Segunda división B , en la que la fortuna se puso de lado de los asturianos, emparejados en su grupos con Móstoles, Valladolid B y Xove Lago . La última jornada, el 24 de junio, los luanquinos viajaron a Xove, en la Mariña lucense, dispuestos a jugárselo todo en un auténtico acto de fe. Para ascender, el Marino de Luanco estaba obligado a ganar en Galicia y esperar a que el Móstoles no lo hiciera en Valladolid. En una campaña mágica, la suerte sonrió al conjunto de Roberto Robles . Los del Principado ganaron su partido (3-5) mientras que los madrileños no pudieron pasar del empate en campo pucelano. La fiesta de celebración aquella noche en el parque de Zapardel de Luanco , tomado por miles de seguidores hasta la madrugada para festejar ese ascenso, aún es recordada por los seguidores más veteranos.

El premio gordo tras aquella inolvidable temporada llegó en la siguiente, en la que los asturianos disputaron la Copa del Rey , teniendo como rival al Deportivo de La Coruña , que aquel año acabó conquistando el título en el famoso centenariazo ante el Real Madrid . El 7 de noviembre, los gallegos, dirigidos por Javier Irureta, vencieron sin problemas en una visita histórica para el club luanquín porque con aquel día se inauguró la iluminación de Miramar.

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