Fútbol

Ansu Fati, la única ilusión del Barça

El delantero azulgrana descarta la presion y Koeman pide otra vez paciencia con su rendimiento

Ansu Fati durante el último entrenamiento antes de medirse al Madrid ABC

Sergi Font

No se imaginaba Víctor Valdés cuando en 2019 aterrizó en el juvenil A del Barcelona que tendría ante sí al heredero institucional de Messi . Ahora es el depositario de las esperanzas del barcelonismo, pero entonces Ansu Fati recibía con ilusión la llamada del primer equipo con una humildad que no ha abandonado. Lo ilustra una anécdota que explica el propio Valdés recordando un torneo en Rusia en la pretemporada de hace un par de años en el que tenían que disputar dos partidos ante el Zenit de San Petersburgo. En el segundo, la rompió con un partidazo y firmó un doblete. El primero se lo perdió por molestias en el pie y Valdés reveló el motivo: «Le dije que me enseñara las botas y eran un desastre, el dolor venía de ahí, solo yo caí en que este era el motivo. Vi que estaban mal y fuimos a comprar unas nuevas», apuntó el exportero, que añadió: «Tiene alma de jugador de élite y es un asesino del área».

Desde aquel día en el que Valdés le compró un calzado nuevo solo han pasado dos años y ahora Koeman y el barcelonismo se encomiendan a sus botas para ganar al Real Madrid en un clásico que determinará el estado de ambos clubes. «Estoy muy agradecido a Víctor Valdés, me ayudó mucho a gestionar las emociones. Ha pasado todo muy rápido y estoy muy contento de todo ello», asegura Fati, que asume su responsabilidad, pero que se expulsa de encima toda la presión de los que le consideran el heredero de Leo Messi después de que aceptara lucir el dorsal con el ‘10’ a la espalda. «Jugar un clásico siempre es una motivación, el Real Madrid es nuestro gran rival y siempre hay que estar preparado para estos partidos porque el equipo lo dará todo. Vamos a salir a competir como siempre. En un clásico no hay favoritos, jugamos en casa, que es un factor a favor», reivindica el canterano, tasado con una cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros.

Ansu Fati, tras diez meses de baja, ha demostrado ser el madero en el que aferrarse en el naufragio culé. Marcó ante el Levante el día que regresó, solo necesitó nueve minutos desde que saltó el terreno de juego. Y repitió ante el Valencia en su primera titularidad. «Tengo buenas sensaciones de cara al clásico; veo un gol de Ansu», apuntaba un sonriente Laporta durante el acto de renovación del bisauguineano hasta 2027 con esa mencionada cláusula de rescisión.

Está batiendo todos los registros de precocidad en el Barcelona y el estado de ánimo del culé ha repuntado desde su reaparición, aunque Koeman sigue mostrándose prudente ante la juventud del delantero y su físico. El neerlandés descarta que el clásico lo polaricen Fati y Vinicius. «No creo que sea un duelo entre jugadores. Los dos son jóvenes y tienen que demostrar muchísimo. Como ya dije el otro día, hay que dejar a Ansu un poco tranquilo, que se recupere. No hay que pensar que esto es solo de Ansu. Es parte de un equipo en el que puede marcar diferencias. Tiene que trabajar y mejorar», apuntó el técnico, que aseguró que «el clásico no es un examen». «No tengo miedo», sentencia ante el duelo de esta tarde.

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