Fórmula 1

Max Verstappen rescata lo mejor de Red Bull

Cuarta victoria consecutiva de Red Bull. Un gran sexto puesto de Sainz y un buen noveno de Alonso

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Hace once años irrumpió Red Bull con un propósito que hizo diana: dominar la Fórmula 1. Una poderosa estructura, moderna y funcional, financiada por el empresario austriaco Dietrich Mateschitz. Red Bull le arrebató el título de 2010 a Fernando Alonso en Abu Dabi y ahí empezó su hegemonía, que duró cuatro años con Sebastian Vettel. La escudería austriaca montaba entonces un motor Renault. Ahora vence con el propulsor japonés Honda, el que no valía para el McLaren. Lo que nunca cambió en Red Bull es el diseñador jefe de los monoplazas, el artista Adrian Newey. Entonces con Vettel, ahora con el prodigio Max Verstappen, la escudería de las bebidas energéticas se sacude el gobierno de siete años de Mercedes y vuelve a mover las alas.

Uno de los circuitos más electrizantes de la Fórmula 1, el Red Bull Ring , incrustado entre las montañas de Estiria, deparó una de las carreras menos excitantes del curso. Todo tan académico y tan estructurado terminó sin mayor relevancia ni emoción. Otra victoria de Verstappen, la cuarta consecutiva de Red Bull, que lo elevan como primer candidato al título, y otro segundo puesto para Hamilton, a quien se le complica la misión de los ocho títulos, más que nadie, uno más que Michael Schumacher. Fue una gran tarde para Carlos Sainz, sexto en la meta, duodécima en la parrilla de salida. Un buen domingo para Fernando Alonso, noveno, ya instalado por costumbre en la zona de puntos y por encima de su compañero de equipo, Esteban Ocon.

El Red Bull Ring es una pista singular en el calendario. Un trazado muy ancho y muy corto, de apenas un minuto y algo cada vuelta, una excitante curva 3 donde suele pasar de todo y muchas posibilidades de adelantamiento.

Pero nada sucedió en el recinto austriaco, modelo de modernidad en las instalaciones a la altura de la marca que le da nombre. Verstappen tapó el hueco en la salida a Hamilton, se lanzó a unos primeros giros espectaculares en velocidad y ritmo y definió el veredicto de la tarde.

Hamilton sabe que un Mundial se gana puntuando cada domingo, no en la ambición personal de ganar carreras. El británico se ha sosegado con los años y su objetivo es no conceder ceros en su casillero. Y ahí permanece agazapado, segundo este domingo , a la espera de que Verstappen reduzca el paso y le otorgue alguna oportunidad.

«Son más rápidos, tampoco hay que hacer un drama. Esa es la cuestión», comentó Hamilton.

La tarde bendijo a Carlos Sainz , que salía muy atrás y se benefició de la estrategia de Ferrari. El equipo le hizo parar muy tarde, vuelta 43, y eso le permitió permanecer en pista con buen ritmo y superar a todo el pelotón en el que iba Alonso, para ubicarse en una magnífica sexta posición, casi impensable el logro antes de la salida.

En una carrera sin demasiados alicientes extra, Alonso navegó sólido en el grupo que le proporciona su Alpine. No es el coche más rápido de la historia, tampoco es un remolque cargado de trigo . En ese pelotón medio, el asturiano tuvo trabajo frente a Stroll, Tsunoda, Vettel y a última hora, Leclerc. El monegasco de Ferrari llegó como un tiro al tramo final y, además de superar a Alonso, logró un séptimo lugar que añadir al sexto de Sainz.

«Tenemos rivales que juegan en otra liga», adujo Alonso en referencia a Red Bull y Mercedes.

Como es habitual, McLaren se mostró muy veloz en las rectas , pero curioso, solo con el coche de Lando Norris, de nuevo incrustado entre los mejores, quinto, para desgracia de un gran piloto que está sufriendo este año, Daniel Ricciardo.

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