24 Horas de Le Mans

El tercer coche de Fernando Alonso en un 2017 aventurero

Después de los fórmula 1 y del prototipo naranja de las 500 Millas, el piloto conduce un Toyota híbrido y cerrado pensando en Le Mans

J. C. CARABIAS

Compareció Fernando Alonso en el circuito de Sakhir en Bahréin como un niño en la primera comunión. Impoluto. Ni una marca de publicidad en el mono diseñado en blanco (solo Mobil), en el casco con los colores de la bandera española y el rastro azul de la asturiana. El mismo aspecto que exhibió el 15 de diciembre de 2006 en el trazado de Jerez, cuando, todavía piloto del Renault campeón, recibió la autorización de Flavio Briatore para probar el McLaren de 2007, también limpio de patrocinadores aquella mañana andaluza. Alonso ha emprendido el camino de otra modalidad, la resistencia, y de su prueba estrella, las 24 Horas de Le Mans. Probó ayer en el desierto del Golfo Pérsico su tercer prototipo de la temporada. Además de los Fórmula 1 y el coche naranja de la Indy en las 500 Millas de Indianápolis, el español condujo el Toyota TS050 híbrido favorito para ganar en Le Mans.

En su tercera especialidad del curso en un época de expansión de su vida (en enero también competirá en las 24 Horas de Daytona –Florida–), Alonso se declaró «muy feliz» por la experiencia.

A falta de conocer el rendimiento del McLaren-Renault en 2018, Alonso ha buscado nuevos estímulos. Se ha empeñado en la denominada triple corona , que combina el GP Mónaco de F1, las 500 Millas de Indianápolis de la Indy y las 24 Horas de Le Mans en resistencia, y que solo el fallecido Graham Hill ha conquistado en el automovilismo. Es su manera de motivarse ahora que se dispone a cerrar el nefasto ciclo de McLaren, Honda y él mismo en un trienio sin resultados ni emociones. El domingo en Abu Dabi acaba el Mundial de Fórmula 1.

Era un test para novatos en pruebas de resistencia al concluir el campeonato WEC en Bahréin. Alonso realizó 611 kilómetros en una sesión de 113 vueltas sin problemas y registró el quinto mejor tiempo de los participantes. «Ha sido día fantástico. Probar un coche LMP1 (el nivel superior de todas las categorías que participan en Le Mans) siempre es algo agradable para cualquier piloto de carreras porque estos coches son geniales de conducir. Quería hacerlo hace tiempo», comentó el ovetense.

Una de las mayores peculiaridades de los bólidos de resistencia es que son cerrados , a diferencia de los fórmulas abiertos en los que Alonso ha desarrollado su trayectoria deportiva. «Ha tenido una adaptación rápida. Después de cuatro vueltas ya estaba acoplado –declaró el jefe de Toyota, el francés Pascal Vasselon–. No se ha quejado, no ha causado ningún problema ni ha criticado nada».

No será la última prueba de Alonso. El martes tiene previsto realizar un ensayo en el circuito aragonés de Motorland (Alcañiz) con el Ligier del equipo United Autosports con el que correrá en Daytona (27-28 enero).

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