El 'porpoising' deja baldado a Hamilton: «Me está matando la espalda»

Una de las imágenes más impactantes que ha dejado el GP de Azerbaiyán es la de Lewis Hamilton bajándose a duras penas de su monoplaza al final de la carrera tras lidiar con el temido 'porpoising', el efecto rebote en los coches de Fórmula 1 que está generando muchísimos dolores de cabeza esta temporada.

Hamilton, visiblemente dolorido, ha tenido que salir casi a cámara lenta del cockpit mientras se tocaba su maltrecha espalda, a la que no ha querido someter a ningún movimiento brusco. El piloto inglés ya se había quejado durante la carrera del efecto del 'porpoising' , mucho más evidente en la larguísima recta del circuito urbano de Bakú. «Me está matando la espalda», gritó el heptacampeón por la radio de su equipo.

«No puedo expresar el dolor que experimentas, especialmente en la recta», dijo después en el corralito de entrevistas. «Al final solo estás rezando para que termine».

El 'porpoising' es uno de los fenómenos que más han condicionado el desarrollo de esta temporada de nueva reglamentación. Se produce debido a que ahora los coches han recuperado el efecto suelo, por lo que se genera muchísima más carga aerodinámica bajo el monoplaza. El flujo de aire entra y se detiene de golpe a altas velocidades en función de la altura del alerón delantero.

Mercedes es una de las escuderías que más está sufriendo el 'porpoising', y ha pedido a la FIA que tome cartas en el asunto, pues lo considera un problema de seguridad. «Es solo cuestión de tiempo antes de que veamos un accidente importante», ha asegurado hoy George Russell , segundo piloto de Mercedes. «Muchos de nosotros apenas podemos mantener los coches en línea recta soportando este tipo de rebotes».

Pese a las dificultades, Hamilton consiguió terminar en cuarta posición en Bakú, y logró el premio de los aficionados al mejor piloto de la carrera.