Fórmula 1
La nueva Fórmula 1 que podría seducir a Fernando Alonso
La Fórmula 1 impone un reglamento revolucionario
La Fórmula 1 se hace la cirugía estética. Una operación más, un nuevo cambio de piel en el intento de alcanzar un objetivo lícito y deseable: igualar la competición, aportar emoción a las carreras, reducir la enorme distancia entre los equipos... Es la eterna búsqueda de una presunta igualdad que depare incertidumbre, atraiga patrocinadores y dispare audiencias. El espíritu trata de fomentar adelantamientos y reducir el agujero económico entre escuderías, que exista competencia y no tanta diferencia como ha habido en la era híbrida, dominada absolutamente por Mercedes, y en la que solo Ferrari y en menor medida Red Bull han podido luchar de igual a igual. La normativa, que se presentó ayer en Austin (Estados Unidos) en el curso del Gran Premio de América, y entrará en vigor a partir de 2021, podría tener consecuencias en España. El efecto de un posible regreso de Fernando Alonso a la F1 y la creación de un equipo español de bajo coste impulsado por Adrián Campos.
A partir de la temporada 2021, las escuderías no podrán gastar más de 160 millones anuales (175 millones de dólares, en el idioma oficial de la F1) en el desarrollo de sus monoplazas, cuya aerodinámica se simplificará para permitir que adelantar sea más sencillo.
Ese es el resumen de una cirugía normativa que se anuncia decisiva, como lo fue la transformación en 2015 a una era híbrida, espejo de los coches de calle, en la que Mercedes ha impuesto una ley de hierro que ha anestesiado este deporte. Hamilton va a conseguir este fin de semana en Estados Unidos su sexto título, el quinto con la marca alemana, que también se adjudicó un campeonato con Nico Rosberg. Seis Mundiales consecutivos que han abocado a la F1 a un cierto tedio y a la falta de alicientes.
El punto clave de esta reforma es el límite presupuestario de los equipos. 160 millones de euros, al que gigantes como Mercedes oFerrari tendrán que afrontar con verdaderas dificultades, ya que su estimación de costes en las últimas temporadas sobrepasa los 500 millones de euros. En esos 160 millones no están incluidos el sueldo de los pilotos (Hamilton cobra en torno a 40 millones anuales), los gastos generados por el marketing y la remuneración de los tres principales sueldos del equipo, entre otros detalles. La restricción afectará sobre todo al desarrollo de los coches, a las horas de trabajo y pruebas en los túneles del viento, y al suministro de piezas y componentes de los bólidos. Según la categoría de incumplimiento del nuevo sistema financiero, la F1 se reserva el derecho a sancionar a las escuderías.
Las reglas propiciarán en teoría que las carreras sean más abiertas, al reducirse los elementos aerodinámicos y provocar que se utilice con más profusión el denominado «efecto suelo» de los coches.
Podios más repartidos
Los gestores de la Fórmula 1 y la Federación Internacional (FIA) se agarran a un dato aterrador respecto a la falta de igualdad entre los monoplazas de la actual competición. Desde el Gran Premio de Australia de 2016 hasta el disputado el último fin de semana en México en 2019 ha habido 240 puestos de podio disponibles . Y solo seis veces en ese período hubo un piloto que no perteneciese a los tres equipos dominantes, Mercedes, Ferrari o Red Bull. Tres de esos podios fueron conseguidos por el mismo tripulante, el mexicano Sergio Pérez (piloto de Force India, ahora Racing Point).
La Fórmula 1 quiere acabar con esto. Y en el nuevo contexto expansivo (el calendario tiene 21 carreras y se prevé que pueda ampliarse hasta 25), reduce la estancia de los trabajadores en los circuitos de cuatro a tres días .
«La F1 será menos compleja y más fácil de entender», aseguró el presidente de la FIA Jean Todt. «Los coches tendrán más capacidad de pelear en la pista », reseñó Chase Carey, el CEOde la F1.
Estos cambios podrían afectar a la situación lánguida de la F1 en España. Podrían provocar que fuesen del agrado de Fernando Alonso y que el asturiano buscase un hueco para regresar a la parrilla. Y podrían impulsar el sueño de Adrián Campos, el expiloto y actual director del Campos Racing, quien tiene en mente solicitar una de las futuras licencias para gestionar la creación de una escudería española.
