Fórmula 1 | Gran Premio de México
Hamilton alcanza a los más grandes
Logra su cuarto título en una agobiante carrera en México y ya solo tiene por delante a Michael Schumacher y a Fangio
La pregunta parece procedente si no fuese porque la Fórmula 1 santifica los números y desmitifica cualquier otra versión. ¿Es Lewis Hamilton el mejor piloto de la historia ? ¿O solo se le puede considerar al nivel de los más grandes? Entronizado ayer en México con el cuarto título, el inglés ya solo tiene por delante a dos monstruos venerados por las gentes de la F1: Michael Schumacher (7 campeonatos) y el pionero argentino Juan Manuel Fangio (5). Hamilton ya ha capturado al «profesor» Alain Prost, quien marcó una época en los ochenta y noventa con su astucia y frialdad en el cálculo en sus duelos legendarios con Ayrton Senna, y a Sebastian Vettel, quien condujo un bólido supersónico (aquel Red Bull de Newey) y enlazó cuatro títulos en serie entre 2010 y 2013.
A Hamilton lo avalan otro tipo de guarismos. Es, junto al malogrado Schumacher, el líder de una amplia gama de clasificaciones paralelas que condecoran a los mejores pilotos de la historia. Segundo en la lista de victorias (62 por 91 del alemán) y de podios (116 por 155), ya es el primero de la historia en número de poles (72 ), en puntos conseguidos (2.578) y en presencias en la primera línea de la parrilla (117).
La Fórmula 1 es capaz de rascar estadísticas desde cualquier detalle y a Hamilton lo eleva a los altares su incontestable regularidad como ocupante perpetuo de las primeras plazas. Desde que debutó en 2007 (segundo en la bronca con Alonso) hasta ayer, no se ha bajado del escalafón dominante. Su peor clasificación en el Mundial es el quinto puesto de 2009 y 2011 (McLaren) en once años.
Para llegar al cuarto entorchado, Hamilton vivió una tarde agobiante en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Merece México esas carreras divertidas por el colorido, la pasión y el entusiasmo que transmite cada año. Saltaron chispas entre los tres mejores pilotos del curso, propietarios también de las tres mejores posiciones de salida. Vettel y Verstappen se rozaron en la primera curva, Hamilton aprovechó para colarse y en el reencuentro del trío, el Ferrari de Vettel impactó chocó contra el Mercedes del inglés.
De la colisión surgió una bendita locura, carrera caótica e impredecible que obligó a Vettel y Hamilton a una remontada colosal. Fueron relegados a las dos últimas plazas, el alemán con el alerón delantero dañado y el británico, con la rueda trasera derecha pinchada. Desde la profundidad del pozo, ingenieros, pilotos y público cogieron las calculadoras para desentrañar hasta dónde serían capaces de llegar ambos jinetes según el ritmo y el desarrollo del gran premio.
Verstappen, intratable
Intratable Verstappen en el liderato, con un ritmo soberbio en el Red Bull con el motor Renault (el propulsor que en 2018 montará el McLaren de Alonso). Muy firme Bottas en la segunda plaza con el Mercedes. Y, después de 20 vueltas, Raikkonen tercero a 25 segundos del siguiente escalón. Demasiada distancia para Vettel, casi un giro perdido, y la necesidad de terminar al menos segundo para aplazar el alirón de Hamilton.
El inglés se lo tomó con cautela al principio, tanto que Verstappen lo dobló en una imagen insólita. Doblado, pero con todas las trazas para ser campeón. Hamilton dio espectáculo hasta el final: protagonizó una sobresaliente escalada y, en particular, dejó para el recuerdo un duelo con Alonso por los viejos tiempos. Soberbio el choque de titanes, el español furibundo en la defensa de su novena posición. Hasta ahí alcanzó Hamilton, noveno. Suficiente.
Vettel también lo hizo de cine, del penúltimo peldaño hasta una cuarta plaza impensable, derribando a pilotos y marcando vueltas rápidas. Pero era una misiónc asi imposible y el alemán llegó hasta donde le dio el alma y el Ferrari.
Ganó el adolescente Verstappen , se retiró Carlos Sainz y Fernando Alonso consiguió una meritoria décima posición.
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