El coche de Fernando Alonso, durante el accidente
El coche de Fernando Alonso, durante el accidente - Youtube

Fórmula 1La FIA disecciona el accidente de Alonso en Melbourne

Ofrece por primera vez datos concretos de lo que le ocurrió al piloto y al monoplaza en el momento del impacto a 305 km/h

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La Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha hecho público un extenso informe en el que disecciona el sobrecogedor accidente que Fernando Alonso sufrió en el pasado GP de Australia del que, milagrosamente, el piloto asturiano consiguió salir por su propio pie.

El informe presentado por el máximo organismo internacional del automovilismo intenta reflejar los avances en seguridad que ha sufrido la Fórmula 1 en las dos últimas décadas, y escoge para ello el accidente de Alonso en Melbourne por ser la primera vez en el que se han utilizado mejorados sistemas de medición y nuevos avances en seguridad de forma conjunta para, según explican, «proveer una imagen forense» de lo que le ocurre al coche y al piloto tras un accidente grave.

Según el informe, Fernando Alonso impactó contra la parte trasera del Haas F1 de Esteban Gutiérrez al final de la zona de DRS entre las curvas 2 y 3 del circuito de Albert Park. Circulaba a 313 km/h, velocidad que se redujo a 305 km/h en el momento del impacto, cuando su rueda delantera derecha hizo contacto con la trasera izquierda del coche de Gutiérrez.

Después del golpe inicial la suspensión delantera del McLaren quedó destruida y el coche viró a la izquierda hacia el muro. La colisión con el muro la hizo en primer lugar la parte delantera izquierda del monoplaza, resultando una deceleración lateral de 45G. Según el informe, el casco de Alonso golpeó dos veces con el reposacabezas, impactos que se corresponden con los dos picos de aceleración en el sensor del oído del piloto.

Tras ese primer choque con el muro el McLaren salió rebotado, ya con las suspensiones delanteras y la trasera izquierda completamente destruidas, y fue deslizándose hacia la grava a gran velocidad, lo que provocó que el coche saliera despedido por los aires, con una deceleración lateral de 46G.

En el aire, el coche giró 540 grados, una vuelta y media y permaneció sin contacto con el suelo durante 0,9 segundos. Al aterrizar la estructura trasera absorbió el golpe, y Alonso experimentó de nuevo una deceleración de 20G.

Al caer, el monoplaza rotó de nuevo sobre su trasera antes de caer definitivamente al suelo y detenerse sobre el lado izquierdo de la cubierta del motor, justo antes de las barreras de neumáticos.

De ese amasijo de hierros que fue perdiendo piezas a medida que chocaba con muros y saltaba por los aires hasta convertirlo en casi irreconocible logró salir Alonso por su propio pie, dolorido pero sin heridas de gravedad. Fue tan brutal el choque que Esteban Gutiérrez saltó de su monoplaza para acercarse de inmediato a ver el estado de salud de su compañero.

Según el informe de la FIA, el hecho de que Alonso saliera prácticamente ileso de un accidente semejante es el mejor documento para explicar el desarrollo que han experimentado las medidas de seguridad en los últimos veinte años. «De un impacto inicial a 305 km/h, el monoplaza de Alonso fue capaz de aguantar tres altas deceleraciones y una fase en el aire sin mayor daño para el piloto».

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