Fórmula 1Un fichaje y mil intereses

La contratación del sustituto de Rosberg está envuelta, como todo en la Fórmula 1, en un sinfín de tentáculos económicos

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Nunca nada es lo que parece en la Fórmula 1, deporte y negocio en proporciones desiguales que siempre hay que metabolizar en función de su majestad el dólar. Lo que en cualquier otro deporte se interpretaría como inverosímil o moralmente defectuoso, en la Fórmula 1 se entiende a la primera porque solo hay un mandamiento: el dinero. Estos días busca Mercedes un sustituto para el campeón del mundo, Nico Rosberg, y el ejecutivo que tiene que decidir, Toto Wolff, es como todos en este mundillo. Está al plato y a las tajadas. También es socio/accionista/partícipe de la empresa que gestiona los contratos de Valtteri Bottas, piloto de Williams y principal candidato al volante de Rosberg.

Toto Wolff, casado con la piloto Susie Wolff -que optó a conducir un Williams cuando su marido poseía el 16% de la escudería-, ha hecho de la Fórmula 1 su forma de vida.

Su ecosistema es el automovilismo. Y tanto le da ser propietario de un equipo como mánager de un piloto, director de un circuito o ejecutivo de cualquier competición de coches.

En enero de 2013, Wolff dejó Williams para ser director ejecutivo de Mercedes. Además de unirse al equipo, también adquirió el 30 por ciento de Mercedes F1. Se hizo cargo de la coordinación de todas las actividades de motor de Mercedes-Benz. En 2014, siendo el máximo dirigente de Mercedes, Wolff vendió el 10 por ciento de Williams al empresario estadounidense Brad Hollinger. En marzo de 2016, liquidó su participación restante (5%) de Williams.

Multifunciones

La F1 no penaliza ese aparente conflicto de intereses. Al revés, lo alienta. La trastienda es un puro negocio en el que se confuden las funciones y se mezclan las profesiones. En general, casi todos son agentes libres con su cartera de clientes y relaciones bajo el brazo. El actual presidente de la Federación Internacional (FIA), Jean Todt, acogió bajo su paraguas a Felipe Massa cuando era un prometedor piloto que fichó Ferrari. Todt era el patrón de la escudería italiana. Y su hijo, Nicolas Todt, ha sido durante años el mánager de Massa. ¿Habría aguantado tantos años el brasileño sin estos padrinos?

Alejandro Agag dirige la Fórmula E (bólidos eléctricos) después de haber pasado por diferentes estamentos en la Fórmula 1. Comercial a comisión, contratista, conseguidor, propietario de un equipo de GP2 (la segunda división) y actualmente director general de la Fórmula E.

Flavio Briatore, exdirector de Renault, tenía sin embargo pilotos situados en equipos rivales a los que pretendía ganar cada domingo. Fernando Alonso, en McLaren durante 2007 y más tarde en Ferrari; Mark Webber, adversario en las filas de Red Bull; o Heikki Kovalainen, quien también corrió en McLaren. El magnate italiano -oficialmente desligado del asturiano, ya que el mánager de este es Luis García Abad- sigue hablando en primera persona del plural cuando se refiere a Alonso.

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