Fórmula 1

El activista Lewis Hamilton

El piloto se ha explayado durante la pandemia en causas sociales, la lucha contra el racismo y en enfrentamientos con los políticos y la clase dirigente

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La pandemia, el confinamiento y la inactividad en la Fórmula 1 han proyectado a Lewis Hamilton a una órbita que, entre carrera y carrera, anunciaba desde hace tiempo. Piloto y campeón en la élite, y ahora agitador de conciencias, ciudadano inquieto en todas las esferas de la vida, activista prolífico contra el racismo, crítico con los políticos de su país, promotor en la defensa de los animales, empresario vegano y valedor de la sostenibilidad en estos tiempos del cambio climático. Una abundancia de iniciativas y opiniones que lo han embarcado estas semanas en nutridas discusiones y que contribuyen a afinar un perfil fértil más allá del deporte, los coches, las ruedas y las válvulas. Los deportistas han dejado de ser estatuas de sal y tratan de influir para cambiar el estado de las cosas.

En menos de quince días, Hamilton ha percutido contra la Policía de Estados Unidos, el primer ministro de Reino Unido Boris Johnson, sus propios compañeros de la Fórmula 1 o, entre otros, el gremio de los toreros españoles encarnado en Cayetano Rivera . Su última idea consiste en la creación de la «Comisión Hamilton» para promover la diversidad racial y el acceso de los jóvenes negros a la F1.

Hace tiempo que en el piloto británico se perciben inquietudes que sobrepasan el lugar común de los neumáticos y los tiempos del cronómetro. Venía predestinado. Hace trece años (2007, el conflicto con Alonso en McLaren), Bernie Ecclestone anunció su llegada a la Fórmula 1 con un instinto comercial insuperable. Era el primer piloto negro de la historia. «Pena que no sea musulmán» , lamentó Ecclestone por la escasa implantación de la F1 en el mundo árabe.

Primer negro

Hamilton y su padre, Anthony, se convirtieron en objeto de culto porque el joven piloto reunía todos los ingredientes para escribir sobre él. Hijo de un matrimonio separado que creció en un suburbio cercano a Londres (Stevenage) y cuyo progenitor echaba horas extras en el metro de la capital inglesa para sufragar la carrera en el automovilismo de su retoño. «Correré en tu equipo», desafió Hamilton a Ron Dennis cuando era un mocoso en los karts. El piloto lo consiguió con 22 años, y subido a un McLaren, retó a todo un gigante como Fernando Alonso y se proclamó campeón al año siguiente, 2008.

Su trayectoria profesional es conocida (seis veces campeón del mundo, cinco con Mercedes y una con McLaren), a un título de igualar a Michael Schumacher en la tabla de récords de la F1. Su camino relacionado con la conciencia social empezó hace tres años, cuando hizo público que se convertía al veganismo .

Propietario de un sueldo superior a los 40 millones anuales, puso en marcha una cadena de hamburguesas veganas, Neat Burguer, y estrenó su nuevo mundo. «Podemos reconocer cómo contribuimos por lo que comemos, lo que mantiene a la industria cárnica y láctea floreciente, a la deforestación, la crueldad animal, nuestros mares y el clima en descomposición a diario. Volverse vegano es la única forma de salvar nuestro planeta».

Hamilton le ha dado una oportunidad al existencialismo. Durante el último periodo de vacaciones invernales en la Fórmula 1, compartió el tiempo con su padre, del que se había distanciado. «Mi padre y yo no hemos tenido las relaciones más fáciles», publicó el piloto. «Estábamos tan inmersos en el impulso del éxito que perdimos de vista lo que era más importante, nuestra relación ».

El curso empezó para él y para todos los pasajeros de la Fórmula 1 con la incertidumbre de la propagación del coronavirus, todo el personal de este deporte desplazado a Australia mientras la Covid-19 avanzaba en su destrucción por el mundo. Hamilton advirtió en Melbourne: «Es impactante que la F1 siga adelante con el gran premio en medio de un brote mundial de un virus».

En medio de la crisis sanitaria, el piloto se atrevió sin disimulo contra el primer ministro británico Boris Johnson. En Gran Bretaña han muerto más de 42.000 personas por el coronavirus. « Me horroriza cómo ha gestionado el Gobierno la crisis del Covid-19 . Deberíais haber cerrado las fronteras hace meses. Dejáis volar a la gente sin hacerles test, es incomprensible. Podíais haber salvado miles de vidas. ¡Necesitamos líderes mejores!». En sus redes sociales criticó a las personas que ignoran el distanciamiento social como «irresponsables y egoístas».

La muerte de George Floyd

Si sus intervenciones hasta ese momento se podían considerar moderadas, la muerte de George Floyd a manos de un policía norteamericano desató una furia indisimulable. Su acción contra el racismo ha sido apabullante. Hamilton dijo sentirse «completamente abrumado por la rabia» antes de arremeter contra sus propios compañeros de la Fórmula 1 y el mundo ambulante de las carreras. «Algunos sois las estrellas más grandes, pero permanecéis en silencio en medio de la injusticia. No hay una señal de nadie en mi industria que, por supuesto, es un deporte dominado por los blancos... Estoy solo».

La reacción fue instantánea, pilotos, jefes de equipo e ingenieros tuiteando sobre el acto racista cometido en Mineápolis.

Hamilton se echó entonces a las barricadas, puño en alto, su foto de perfil en las redes sociales. Mientras la crisis del coronavirus remitía, mostró su apoyo al derribo de la estatua del esclavista Colston en el puerto británico de Bristol e instó a los países «de todo el mundo» a eliminar los símbolos racistas . Aseguró que deberían ser reemplazados por «monumentos de los esclavos que fueron vendidos».

De repente, a España la zarandeó en un ejercicio simplista que implica generalización. « En España enseñan a los niños a torturar y matar a las vacas a partir de los 14 años . ¡Pedimos al ministro de Educación español que cierre las escuelas taurinas!». Como si en España todos los niños quisieran ser toreros... «A Hamilton no le gustan las corridas de toros... ¿Y? Antes de criticar una cultura, deberías aprender más sobre lo que estás hablando», le contestó Cayetano Rivera.

« Todos deberían tener mejor acceso a la educación », insistió Hamilton abriendo otro frente. Cansado de predicar, ha creado una comisión para ayudar a los chicos negros a estudiar ingenierías y otros oficios relacionados con la F1.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación