Ciclismo

El truco del asma arrolla la carrera de Chris Froome

Dio positivo por salbutamol, el medicamento cuyo uso está extendido en el pelotón por las autorizaciones terapéuticas

Vídeo: Chris Froome da positivo por dopaje en la Vuelta a España 2017 ATLAS

JOSÉ CARLOS CARABIAS

El sistema vuelve a golpear al ciclismo donde más le duele: el crédito de sus campeones. El último es Chris Froome, ganador de cuatro Tours y una Vuelta a España. En esta carrera, que lo entronizó por primera vez en verano, dio positivo el pasado 7 de septiembre por el viejo truco que acampó hace años en el pelotón. La invasión de las autorizaciones terapéuticas para utilizar salbutamol, el medicamento genérico del Ventolín, en un ecosistema de asmáticos. Froome sobrepasó con creces la línea roja permitida, 1.000 nanogramos por mililitro, y su índice se disparó hasta los 2.000 en la orina. El doble. Algo así como 16 inhalaciones de Ventolín. El producto no está prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) si se ingiere por inhalación, pero sí en comprimidos o en inyecciones intravenosas. Es una sustancia light, sin la contundencia abrasiva de la EPO, las transfusiones de sangre o la testosterona, que ya ha provocado otros casos en el ciclismo. Induráin no fue sancionado en 1994, tampoco Igor González de Galdeano cuando era líder del Tour 2002. Sí lo fueron Diego Ulissi o Alessandro Petacchi. Froome tendrá que demostrar ahora en un informe farmacológico que tomó menos cantidad de la dosis máxima permitida, por sus problemas con el asma. De lo contrario, probablemente perderá la Vuelta a España.

El salbutamol es un broncodilatador que se utiliza en los tratamientos comunes contra el asma. Aplicado al deporte, no se requiere una exención por uso terapéutico (TUE) para pequeñas dosis inhaladas, pero la UCI sí exige una autorización médica expresa para dosis más grandes. Ingerido en cantidad abundante puede tener un efecto anabolizante, fortalecedor de los músculos. Una inhalación de Ventolín equivale a 100 nanogramos por mililitro.

«Es bien sabido que tengo asma y sé exactamente cuáles son las reglas –se defendió Froome a través de un comunicado–. Uso un inhalador para controlar mis síntomas y sé con certeza que soy controlado cada día que voy de líder». El triunfador de la Vuelta, el primero que hacía doblete en la historia después de ganar el Tour, descargó la responsabilidad en el médico del conjunto Sky. «Mi asma empeoró en la Vuelta, así que seguí los consejos del médico del equipo para aumentar la dosis de salbutamol. Como siempre, tuve máximo cuidado para asegurarme de no utilizar más de la dosis permitida».

Pelotón de asmáticos

El caso de Froome no es nuevo, ya que la incidencia de asmáticos en el ciclismo, y en otros deportes, ha crecido sistemáticamente desde que se popularizaron las TUE. Con cierta sorna, se lleva comentando durante años en el pelotón que es la población activa con mayor densidad de asmáticos del deporte. Para conseguir una autorización terapéutica que permita el consumo de salbutamol, basta con una prescripción médica de un titulado profesional y una certificación oficial por parte del responsable médico de la UCI.

Lo mismo sucede con los corticoides y con otras sustancias «menos duras» sujetas a restricciones y consideraciones. Un grupo de piratas informáticos, denominados Fancy Bears , publicó una lista de famosos deportistas que habían solicitado autorizaciones terapéuticas para curarse lesiones o por enfermedades crónicas. En esa relación de nombres aparecieron la gimnasta Simone Biles (cuatro oros en los Juegos de Río), las tenistas Venus y Serena Williams, futbolistas de la selección argentina (Tévez, Milito, Verón...), del Real Madrid y del Barcelona, además de Rafa Nadal o Mireia Belmonte. Los Fancy Bears eran piratas rusos que protestaban contra el informe McLaren, que decretó un dopaje de estado en Rusia.

El caso de Froome no se considera técnicamente un positivo (entendido como una droga que mejora el rendimiento), sino que se abre un periodo que dará opción al ciclista a demostrar que la presencia de salbutamol en su orina se debe al uso de una medicina prescrita por el facultativo y, por encima de todo, el motivo por el que la cantidad encontrada en su organismo supera la máxima permitida por la norma. Por ese motivo el ciclista inglés no está suspendido ni siquiera temporalmente. Si Froome demuestra que no tuvo intencionalidad de doparse, no perderá la Vuelta y probablemente no será suspendido.

El equipo Sky, que está concentrado en Mallorca en la pretemporada ciclista, expuso en un comunicado que Froome «padece asma desde niño». El inglés ya tuvo un episodio comprometedor hace tres años durante la Dauphiné Liberé. La televisión le captó mientras se daba un «pufff» de Ventolín con el inhalador en plena carrera. «El salbutamol está permitido según la normativa de la AMA, sin necesidad de TUE, con un límite de 1.600 ng/ml en un periodo de 24 horas y no más de 800 ng/ml en doce horas cuando es inhalado», se defendió Sky.

En España el ciclismo, el baloncesto y el fútbol son los deportes que más autorizaciones terapéuticas han solicitado a la Agencia Antidopaje Española en los últimos tiempos. El año pasado 26 ciclistas, 22 jugadores de baloncesto y 15 futbolistas. En 2009 fue invasivo: 528 ciclistas, 92 jugadores de baloncesto y 85 futbolistas.

Si Froome fuese desposeído de la Vuelta por la sentencia del laboratorio, el título recaería en el italiano Nibali , ayer el más crítico de todos en las reacciones. «Tengo el mismo problema de asma, pero cuando llueve no me molesta y no uso medicamento», declaró en principio. Y luego matizó: «Esto no era lo que quería decir. Hoy el ciclismo ha recibido una noticia fatídica».

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