Tour de FranciaEl show de Chris Froome

Espectacular descenso en el Peyresourde del inglés, que logra la etapa y el maillot amarillo. Contador pierde más tiempo (1:42)

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Nairo Quintana debió pensar que la secuencia había finalizado en la cima del Peyresourde. Contador descolgado, el Sky bloqueando la etapa con una jerarquía absoluta, el Movistar en guardia pensando ya en la victoria que le esperaba a Valverde abajo, en la villa termal de Bagneres de Luchon... La carrera se había ordenado según las fuerzas, pero Nairo no percibió un detalle. Al Tour nunca se le puede perder de vista, nunca espera por nadie. Descuidó un segundo la vigilancia de Froome y el Tour cambió de color. Fue el show de Chris Froome.

En el descenso del Peyresourde quedó etiquetado para siempre Perico Delgado en el Tour de 1983. «El loco de los Pirineos» le llamaron los franceses, ya que el segoviano se envolvió como una bola en la bicicleta, volcado sobre el manillar, el trasero arriba...

Froome mejoró aquella estampa de Perico en la misma bajada.

Recogido como un queso de bola sobre la barra, la cabeza metida en el manillar y un furioso pedaleo en la bici, como si fuera una bailarina de ballet. Espectacular su imagen, rabiosa, académica, brutal, excitante. Así se merendó al Movistar en la reserva moral del día.

Valverde apuró en cada curva. Quintana estiró el cuello en cada recta. El BMC aportó la colaboración en los últimos kilómetros hasta Bagneres, pero nada sutió efecto ante la posición aerodinámica de Froome y su electrizante pedaleo.

El inglés intepretó así una sinfonía en solitario, como en 2013 y 2015, cuando salió de amarillo de los Pirineos y no abandonó el pedestal hasta los Campos Elíseos. La ventaja creció, el Movistar lamió la herida de una derrota parcial y Contador se encogió de hombros ante la evidencia. No pudo con el ritmo del Sky en el Peyresourde, sin que aquello pareciese asfixiante. Más de treinta corredores aguantaron el tranco, entre ellos su compañero y señalado Kreuziger. «Desde ayer, está decidido que Kreuziger sea el líder del equipo», admitió el español.

La realidad es que Contador no puede. La caída del primer día lo ha destrozado física y mentalmente y su ritmo no es el de Quintana o Froome. En el Aspin, sin ataques, aguantó. También en el Tourmalet, Val Louron y Ancizan, los puertos que transitaron Pinot y Majka en busca de una fuga que no cuajó. Pero cuando llegó el último puerto del día, el que separa la paja del grano, el campeón español sucumbió. Perdió 1:41. A 3:12 de Froome en la general, su candidatura es ahora una quimera.

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