Giro de Italia

Mikel Landa agita la montaña del Giro

Ataque del español con respuesta de Bernal que recorta 11 segundos a Evenepoel y Simon Yates. De Marchi, líder

Landa, con Ciccone, en el momento del ataque AFP

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El día calcina piernas y pulmones de los ciclistas del Giro, aguacero en la salida, lluvia y frío en la llegada, perneras y protecciones, penurias camino de Sestola en una jornada que copia la moda de la Vuelta. Hay puertos determinantes el cuarto día, pequeñas colinas que lo rompen todo, lenguas de asfalto como el Cole de Passerino, escenario del penúltimo alarido del landismo.

El landismo es un movimiento entusiasta que se propagó entre parte de la prensa española en beneficio de Mikel Landa, el escalador vitoriano de quien se pregonaba que podría ganar el Tour, tal vez el Giro y casi seguro la Vuelta.

Landa y su landismo cogieron vuelo en el Giro 2015, cuando el corredor vasco desafió a un Alberto Contador en su apogeo . El movimiento se mezcló entonces con un cierto victimismo, todos querían perjudicar a Landa, su director en el Astana, su jefe de filas Fabio Aru...

Algo parecido sucedió en el Sky. Landa mostró sus innegables condiciones como escalador, valiente artillero que no mira atrás y se agarra al bajo del manillar. En el Sky estaba Froome, ganador de cuatro Tours, que impedía el paso al landismo.

Por el Movistar también pasó el vitoriano y el asunto no terminó bien. Dura competencia por el liderazgo con Nairo Quintana y Alejandro Valverde que se resolvió en favor de este último. Ahora, en su segundo año en el Bahréin y con 31 primaveras, Landa intenta engordar su escasa hoja de victorias.

Fue el protagonista del día en el Cole de Passerino , maravilloso puerto de cinco kilómetros, estrecho y empinado, foco de emboscada segura en manos de un aleteo. Landa suelta amarras, pese a que la victoria está imposible porque la fuga de 25 se ha desmembrado, Dombrowski camina con margen hacia la victoria y De Marchi se apresta a quitarle la maglia rosa a Filippo Ganna.

Pero el asalto de Landa es contagioso y rotundo. Se lanza al vuelo y solo un tren capitaneado por Egan Bernal (el ganador del Tour 2019) llega a la altura del español, cuyo ataque hace daño. No responde Evenepoel, mira Simon Yates, se queda a la primera Marc Soler, no aguanta Sivakov...

En apenas un kilómetro Landa pone a todos en fila y agita el Giro en la primera semana. Bernal acelera y se hace fuerte en el avance, también Hugh Carthy (tercero de la última Vuelta) y el ruso Vlasov.

Gana Dombrowski, es líder De Marchi, pero Landa protagoniza el episodio junto a Bernal. Obtiene 11 segundos en la meta respecto a Evenepoel, Yates y Bardet, 34 segundos con Marc Soler, 39 al veterano Nibali. Simbólicas diferencias que reflejan más las sensaciones que las consecuencias en las clasificación. Un buen latigazo. Tal vez en este Giro el landismo se puede reivindicar al fin.

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