Vuelta a España

Javier Guillén: «La Vuelta es hoy la segunda grande del calendario»

El director de la Vuelta dice que «es la carrera con más personalidad, impredecible y que genera emoción»

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Empieza en Burgos una Vuelta a España que augura emoción y en los modos de vida que impone el Covid, el teléfono o la videollamada sustituyen al contacto presencial. No es lo que le gusta a Javier Guillén (Madrid, 49 años), abogado de empresa, vecino de Alpedrete, director general de la Vuelta. Desde hace trece años ha cambiado la cara a la carrera, la ha dotado de personalidad, ha elevado las audiencias y ha generado expectativas desde el trato personal. «Soy un feriante» , le gusta decir con humor. De pueblo en diputación, rastreando puertos o negociando con alcaldes, Guillén ha levantado una prueba hasta dotarla de un sello: es una carrera imprevisible, siempre montañosa. Antes de la primera etapa, este sábado en la Catedral de Burgos con una contrarreloj, el dirigente habló con ABC.

—¿Es una Vuelta para recuperar al público y el color?

—Es una Vuelta con vistas a la normalidad, pero no es una Vuelta en normalidad. Lo mismo que sucede en la sociedad española. Queremos una carrera que lleve ilusión a la gente, in situ o por los medios de comunicación. Pretendemos que la combinación del recorrido con la participación nos lleve a un espectáculo de primer nivel.

—¿Siente algo especial antes de cada carrera o ya tiene la espalda ancha?

—Siento ilusión y, sobre todo, responsabilidad. Quiero que las cosas salgan bien. Los nervios del estreno ahí están, pero tengo la sensación de que el tiempo no me pesa. Ni se me hace pesado ni se me hace largo. Todo lo contrario.

—¿Le ha terminado gustando esto del ciclismo?

—Me ha gustado siempre y cada vez me gusta más. Tengo más experiencia, sé lo que quiero hacer, hay sintonía entre lo que se proyecta y se consigue. Cada Vuelta es un reto apasionante, no hay nada monótono. Es algo fascinante. Como es un evento que se mueve, siempre pasan cosas.

—Es la llamada Vuelta de las Catedrales, de Burgos a Santiago. ¿No es solo deporte?

—La Vuelta es el evento deportivo que más argumentos ofrece más allá del deporte. Es ocio, entretenimiento, turismo enfocado a los territorios, gastronomía… Siempre tratamos de contar historias. Salimos del Octavo Centenario de la Catedral de Burgos, llegamos a Santiago en Año Xacobeo. Iremos por primera vez al Picón Blanco, descubriremos el Balcón de Alicante, el Pico Villuercas en Extremadura, el Gamoniteiro en Asturias... Es un recorrido global, que juega con la costa y el interior y lo suficientemente sostenido como para que haya emoción hasta el final.

—¿Hay un legado de la Vuelta respecto a España?

—La Vuelta es un promotor de ese concepto llamado Marca España. Somos una gran plataforma de comunicación, en torno a dos ejes. Enseñamos España a través de un deporte muy popular en Europa y el mundo, llegamos a muchísima gente. También enseñamos producto. No es solo salir de la Catedral de Burgos, sino de mostrarla al mundo. Buscamos transmitir las riquezas de nuestro país con toda su diversidad.

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—Cuando uno hace un deporte en un recinto cerrado, te centras mucho en el contenido de ese deporte. Cuando haces ciclismo, enseñamos catedrales, pueblos, gastronomía, cultura, turismo y, claro, también deporte.

—En criterio deportivo, ¿qué es la Vuelta hoy en el calendario internacional?

—Con mucho respeto para el Giro, para mí la Vuelta es la segunda grande del calendario. Lo es en los últimos años, y lo es por tendencia, por el crecimiento que ha experimentado. Hoy es la carrera con más personalidad, por los rasgos que la definen. Es absolutamente impredecible. Esto toca a la emoción, al interés y a la expectativa.

—En 2021 regresa a un recorrido más tradicional, puertos más largos, más esprints, menos finales en rampa, contrarrelojes...

—Discrepo sobre ese análisis. La diferencia solo la establezco en la primera semana, porque así se ha querido. Hemos tenido en cuenta que ha habido unos Juegos Olímpicos y hemos apostado por una primera semana más amable, sin tanta tensión con finales en alto. A partir del primer viernes, ya es una Vuelta más reconocible. Muchos finales en alto, dureza, difícil controlar, Balcón de Alicante, Velefique, Málaga, Valdepeñas de Jaén, Villuercas, el Barraco, Lagos, Gamoniteiro, Mos y una contrarreloj larga. Los finales en rampa reafirman nuestra personalidad, Valdepeñas, Cullera, Herville.

—No corre Pogacar, el ganador del Tour que se anunció seguro en la presentación, pero puede ser la mejor participación de grandes nombres de la última década.

—Estoy muy satisfecho con la participación de los últimos años, pero es cierto que hoy te pones a hablar de ausencias y solo sale una, Pogacar. El resto es lo mejor que puede venir en este momento. Roglic, a por su tercera Vuelta, Bernal, doblete Giro-Vuelta, Mikel Landa, el Movistar con Supermán, Valverde, Mas, Carapaz y Pidcock en el Ineos, gran equipo en Astana… Es de las mejores participaciones de siempre y tal vez la mejor entre las grandes.

—¿Cuánto cuesta producir una Vuelta a España? ¿Y cuánto ingresa?

—La producción cuesta más de dos dígitos y es una carrera rentable que goza de buena salud económica, aunque los efectos de la pandemia se han dejado sentir, claro.

—¿Prefiere que gane un español por reactivar nuestro ciclismo o el brillo de una estrella extranjera?

—Somos una carrera internacional, la tiene que ganar el mejor, sin mirar la nacionalidad. Si le preguntas a Javier Guillén aficionado, quiero que gane un español, pero como director de la carrera quiero que la disputen los mejores, y que entre ellos salga el vencedor. El Tour no necesita que lo gane un francés para tener el prestigio que tiene.

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