Ciclismo

Filippo Ganna, el gigante perfecto en contrarreloj

El italiano renueva su título mundial al imponerse a los belgas Van Aert y Evenepoel. Carlos Rodríguez, puesto 25

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Filippo Ganna extiende el puño izquierdo entre una marabunta de parroquianos que no quieren su éxito, no por una rivalidad mal entendida o endemoniada por la envidia, el rencor o la fobia. Está en Brujas (Flandes), tierra de ciclismo, corazón de la Bélgica que mira al mar, orgullo de un país que vive en bicicleta, en sus interminables carriles bici, sus ciudades con la movilidad ecológica de la piernas y el pedal. Ganna es un expreso controlado que planea a 54 por hora sobre los dos fenómenos belgas que están rompiendo el panorama del ciclismo profesional, Wout van Aert de 27 años y Remco Evenepoel de 21. Como es su costumbre cada vez que se enfrenta a una contrarreloj, vence Filippo Ganna, otra vez campeón del mundo de la modalidad. «Ellos (los dos belgas) me han ayudado a motivarme», dice elegante el italiano ante las medallas de plata y bronce. Algo más atrás, mirando al futuro, se clasifica vigésimoquinto el granadino Carlos Rodríguez, oro puro para el pelotón español.

Filippo Ganna es un arpón azul que cruza Flandes a velocidad meteórica. Es casi perfecto en la bicicleta de contrarreloj , el torso horizontal, los bíceps paralelos a los cuadríceps, los brazos en escuadra, los antebrazos apoyados en el manillar de triatleta, la pedalada vigorosa sin mover un músculo del cuerpo en una lámina sensacional.

Tan perfecto que su palmarés entroniza la especialidad contrarreloj. Catorce de sus 16 victorias son en ejercicio individual ante el cronómetro. Gente que nace equipada de serie para la bicicleta. El italiano de 25 años es un digno heredero de Tony Martin, Cancellara, Michael Rogers, Chris Boardman o Miguel Induráin . Tiene algo de Induráin en la elocuencia de su velocidad sin mover una pestaña.

El podio del Mundial CRI es un reflejo de los nuevos tiempos, los 25 años dominantes de Ganna, alguien de quien se podría esperar que pelease por algo más que la contrarrelojes. La plata amarga que saborea sin ganas Wout van Aert, el ciclista 10, esprinter, escalador y contrarrelojista, un Hércules todo en uno que sueña con vencer ante su gente, flamenco él. Ya treinta victorias como profesional , el que más este curso (13, incluyendo tres en el Tour de Francia). Y el bronce para Evenepoel, portento subido de tono a veces que rompe carreras con la facilidad que entra un cuchillo en la mantequilla. El joven Evenepoel compite aquí con las primeras figuras y tiene que inclinar la rodilla. Ganna y Van Aert son superiores.

Van Aert, que va marcando el mejor paso en todos los puntos de cronometraje hasta que Ganna le revienta el gesto en la meta por solo cinco segundos de margen, también se especializa en el segundo escalón. En los últimos doce meses lleva cuatro platas (mundial contrarreloj en Ímola 2020, mundial de ruta en la misma ciudad, ruta de los Juegos de Tokio y la contrarreloj de este domingo). Nunca se gana siempre en el ciclismo.

Los tres espadas han descabalgado a los habituales aspirantes, los suizos Kung y Bissegger, el danés Asgreen medalla de chocolate o Tony Martin, triple campeón mundial de la modalidad que se despide esta tarde del ciclismo. No está Tadej Pogacar, décimo sin la forma del Tour de Francia.

Y en el puesto 25, Carlos Rodríguez, de Almuñecar, ciclista fichado por el Ineos en edad juvenil, promesa de talento y días prósperos para el ciclismo español, que acude a aprender con sus 20 años como único representante ibérico en la prueba.

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