Especie cinegética

Los predadores y la «perdizión»

¿No sería interesante facilitar y fomentar más eficazmente el control de predadores, sobre todo antes y durante la cría de las aves esteparias?

Un ejemplar de perdiz ABC

Perico Saurio

Sobre el papel las perspectivas no eran malas este año. La pasada temporada dejamos algunas perdices en el coto de Cuenca que cazamos, después de moderarnos imponiendo un cupo de una por cazador y jornada, racionar los días de caza y cerrar la temporada anticipadamente. Además, la primavera pasada fue que ni pintada para una buena cría. Así y todo no se han visto resultados. Con decir que en la apertura no hice el raquítico cupo que mantenemos este año está dicho todo. Gracias a las palomas no me fui bolo; pero claro, las palomas no anidan en el suelo...

¿Qué es lo que pasa?

Se suele echar la culpa de esta escasez perdicera a los modelos de agricultura intensiva, mantenida a base de químicos en forma de fertilizantes y pesticidas y de eliminar hasta el más modesto lindero. Seguro que en gran medida es así. La PAC no parece que sea tan ecológica como se dice, o se aplica mal. Pero, en cualquier caso, esas prácticas agrícolas tendrán su efecto donde estén implantadas; pero en zonas –que las hay– en las que la agricultura es más moderada –como es el caso de este coto– o no se cultiva de ningún modo, la perdiz tampoco saca a su prole adelante como cabría esperar.

La cuadrilla lleva más de treinta años cazando perdices en este coto y antaño se cumplía fácilmente, temporada tras temporada, el cupo de tres, cuatro, incluso cinco perdices, lo que nos da una buena perspectiva para reflexionar sobre los cambios más evidentes que ha sufrido este monte en este tiempo. Para empezar, a primera vista, la masa vegetal ha aumentado mucho, las carrascas han crecido y las repoblaciones de pino han prosperado, dejando mucho menos espacio al monte bajo que requiere esta ave para medrar; y lo que para ella es nefasto, para las especies mayores que predan sus nidos y pollos es una bendición.

Los permisos

El último día, dos cazadores tuvimos que trabajar a fondo toda la mañana para cumplir nuestra exigua asignación perdicera, sin levantar muchos pájaros más. Sin embargo, vimos tres zorros, cuatro águilas reales nada menos –amén de alguna rapaz más–; además de mucha muestra de jabalí, urracas sin medida, un gato asilvestrado y cigüeñas, que si cada una llevara un bebé en el pico se acabaría rápido con la España vaciada. Nuestro coto no es una excepción. Es sabido que esta tendencia es la tónica general en los últimos años. Los permisos de espera de jabalí se nos conceden únicamente por daños a la agricultura, y reducir el número de zorros es difícil con tanto requisito a cumplir. ¿No sería interesante facilitar y fomentar más eficazmente el control de predadores, sobre todo antes y durante la cría de las aves esteparias? Seguro que las bajas en estas especies se traducirían en polladas de las otras. Para eso sirve también la caza.

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