Entrevista

«Artemisan nació con el objetivo de defender la libertad de los españoles para poder cazar»

José Luis López-Schümmer preside la Fundación que trabaja, desde la investigación, la comunicación y la defensa jurídica, por el reconocimiento de la actividad cinegética

José Luis López-Schümmer, presidente de la Fundación Artemisan

Isabel Aguirre

¿Cuándo y por qué nace la Fundación Artemisan?

La fundación nace a finales de 2016 con el objetivo de defender la libertad de los españoles para poder cazar y, por supuesto, para colaborar con todas las organizaciones existentes en el sector. En aquel momento vimos que los ataques contra los cazadores eran cada vez más frecuentes y que la mayoría eran más emocionales que científicos. Por eso decidimos ocupar un espacio que estaba vacío y que sirviese para generar conocimiento a través de una investigación científica rigurosa. Si no generamos y divulgamos ese conocimiento serán otros los que impondrán su punto de vista contrario a la caza.

¿Cuáles son sus líneas de actuación?

Tenemos tres líneas de actuación: la investigación, la comunicación y la defensa jurídica. La investigación es vital para contar con información precisa y exacta que podamos divulgar, pero también que sirva para promover una gestión cinegética sostenible. La comunicación es clave dado que vivimos en la sociedad de la comunicación, de la inmediatez y de la reputación, y por este motivo debemos ser capaces de difundir nuestros mensajes a la sociedad. La defensa jurídica nos tiene que permitir defender los intereses del sector ante todo tipo de ataques y amenazas: furtivismo, delitos de odio en redes sociales, delitos medioambientales… Debemos defender al sector ante esta campaña animalista creciente.

En este tiempo, ¿qué proyectos han conseguido sacar adelante?

Durante los dos años y medio de actividad se han alcanzado hitos muy importantes, seguramente del que me siento más orgulloso es del estudio sobre el Impacto Económico y Social de la Caza en España, que hicimos con Deloitte. Con este documento pudimos por fin reflejar lo que supone la actividad en nuestro país. Y hablamos también de numerosos intangibles que a menudo no se tienen en cuenta: la colaboración contra los incendios o contra los accidentes de tráfico producidos por animales silvestres, se evitan cuantiosos daños a la agricultura, se lucha contra la destrucción del hábitat, se evitan epidemias o propagación de enfermedades, hay un evidente incremento del valor patrimonial, se mejora el equilibrio entre fauna y ecosistema, en los cotos proliferan las especies protegidas, se produce reforestación, se lucha contra la despoblación rural, etcétera. Estos datos son ya una referencia tanto para medios de comunicación como para políticos de toda España. En otros ámbitos, hemos impulsado proyectos de recuperación de la perdiz roja y de la tórtola, estamos colaborando en la investigación de la mixomatosis, hemos conseguido frenar los ataques judiciales llegados desde el animalismo… Y, humildemente, también pienso que hemos cambiado la forma de explicar la caza, con una agresiva estrategia de comunicación pero siempre con ese aval técnico y científico.

¿Me podría ampliar ese trabajo que desarrollan en el ámbito jurídico?

Hay varios frentes abiertos; por ejemplo, trabajamos para frenar y castigar los ataques en redes sociales contra los cazadores. Igualmente nos personamos en cualquier proceso abierto contra la caza, como recientemente en Castilla y León o en Asturias, donde hace unos meses conseguimos que el Tribunal Superior de Justicia de Asturias diese luz verde a la gestión del lobo. Otro de nuestros focos está en la situación de la cabra montés en Guadarrama, donde hemos logrado que el rechazo judicial se centre en el procedimiento, de forma que si la consejería hace sus deberes se podrán volver a controlar las poblaciones de cabra y evitar un auténtico desastre medioambiental.

Y actualmente, ¿en qué líneas están avanzando?

Afortunadamente podemos decir que tenemos muchos proyectos entre manos, algunos muy ilusionantes. Por ejemplo, estamos trabajando con la Fundación Atapuerca para que lleven a cabo un estudio sobre la visión antropológica de la caza. También vamos a seguir en nuestra línea de producción de documentales, que tantas alegrías nos ha dado en el pasado. Y en el campo de la investigación tenemos en cartera un proyecto de recuperación del urogallo gracias a la Federación de Caza de Aragón y al Gobierno de Aragón. Asimismo, estamos preparando una iniciativa para poner en marcha un sistema de monitorización de las especies cinegéticas en España que consideramos esencial de cara al futuro.

Un cazador que quiera apoyar su trabajo, ¿cómo puede hacerlo?

Una de nuestras iniciativas ha sido la de crear la figura del «Amigo de la Fundación Artemisan», a través de la cual cualquier persona puede apoyar nuestro trabajo con una aportación mínima de 5 euros al año que dedicamos íntegramente a proyectos de investigación. Además, esa aportación le da derecho a participar en el sorteo de experiencias y materiales de caza. Nos hace mucha ilusión sentir que hay miles de pequeños cazadores que nos conocen, que nos apoyan y que están dispuestos a involucrarse en la medida de sus posibilidades. En nuestra página web también pueden hallarse otras formas de colaborar.

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