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«El beso de Rubiales a Jenni es delito»

El catedrático de Derecho Penal gaditano Emilio Cortés tiene claro que el presidente de la RFEF incurrió en una invasión de la víctima

El asunto del beso de Rubiales a una jugadora del equipo femenino español sigue trayendo cola. Este pasado martes noche, el que entraba en escena gracias a la llamada de El Partidazo de la Cadena Cope fue un conocido de la afición cadista, el Catedrático de Derecho Penal, Emilio Cortés Bechiarelli, que dio su punto de vista profesional sobre el conflicto que tiene contra las cuerdas al presidente de la Real Federación Española de Fútbol.

Emilio Cortés, además de colaborar varias veces con la directiva del Cádiz CF a lo largo de muchos años y presidentes, también fue el encargado de defender los intereses del conjunto amarillo en la 'Operación Líbero'.

Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, director de la Cátedra de Derechos Humanos y catedrático de Derecho penal de la Universidad de Extremadura, Cortés es una eminencia en el asunto y lo aborda con la pulcritud necesaria.

Lo primero que quiso aclarar Emilio es que, de momento, «las denuncias son administrativas, no penales», dijo en referencias a las interpuestas por la coalición que lidera Sumar. Por eso, para que entre el Derecho Penal lo que se necesitaría ante todo es que se querellase Jenni Hermoso o la Fiscalía «porque, además, los hechos no han ocurrido en España», quiso puntualizar.

A la nítida pregunta de Juanma Castaño de si el beso a la jugadora puede ser considerado una agresión sexual, el catedrático recordó la ley conocida como de 'sí es sí' es que «la palabra abuso sexual ha desaparecido del Código Penal, con lo cual sólo tenemos agresiones sexuales».

Igualmente, Cortés hizo ver que la «jurisprudencia española dice que aquellos casos que se da un beso en la boca o se ejerce algún tipo de fuerza mínima para conseguir fijar a la víctima integra una forma de agresión sexual y por tanto puede ser constitutivo de delito, claro».

De la misma forma, este tipo de beso, en mitad de una celebración magna y con multitud de gente al lado rodeado de cámaras, «evidentemente tienen un reproche penal muy poco severo y que no justificaría el ingreso en prisión del autor, pero que evidentemente supone una forma de atentado a la autodeterminación de la víctima».

Cortés matizó que «no existe un eximente por tratarse de una fiesta o no, y por eso son especialmente inadecuadas, desde el punto de vista de la licencia, las declaraciones del señor Rubiales. Esas, para un jurista, son aberrantes. En la misma línea, aporta que «el perdón de la víctima no exime del delito».

«El corazón de todo esto está en el consentimiento de la señora (Jenni) Hermoso, que por las imágenes parece que no lo tiene. Si hubiese una relación sentimental entre ellos, aunque en ese momento no parece que no le tenga. Sin embargo, en este caso no hay consentimiento de ningún tipo, como si se entendió que lo había en otro beso muy conocido como el de Casillas y Carbonero», dijo Emilio. «Lo puedo decir más claro: Si pongo ese vídeo a un alumno mío y me dice que no es delito, le suspendería», sentenció.

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