Baloncesto

El infierno turco que desquició al Gernika: «Dejamos de hacer los tiempos muertos porque era imposible»

Un viaje interminable, un positivo sospechoso, lanzamiento de objetos, insultos y un arbitraje casero propiciaron el surrealista adiós de las vascas en la Eurocup de baloncesto

Una jugadora del Gernika entra a canasta ante dos rivales turcas ABC
Emilio V. Escudero

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El sueño continental del Gernika , equipo de baloncesto femenino que participaba en la Eurocup , saltó el martes por los aires después de caer ante el Mersin turco (69-40) desperdiciando la ventaja de 24 puntos acumulada en el partido de ida. Hasta ahí, nada que se salga del guion habitual de cualquier eliminatoria con desenlace triste, el problema llegó tras conocer la pesadilla que habían vivido las jugadoras en la previa y también durante el encuentro. Una encerrona de otra época que salpica la imagen de la canasta europea.

«Todo comenzó días antes de viajar a Turquía. Ya entonces empezamos a sospechar, pues nos llegó una comunicación por parte del Mersin para decirnos que teníamos que pasar una PCR hecha por ellos antes de llegar a la ciudad. No era ningún protocolo de la FIBA y ya nos sonó extraño. Por eso, al llegar al aeropuerto de Estambul nos hicimos una prueba cuyo resultado fue negativo, pero no les valía y al llegar a Adana -penúltima escala del desplazamiento- varios miembros del club acompañados del que nos dijeron que era un observador de la FIBA insistieron en hacernos una nueva PCR», explica a ABC Mikel Reina , portavoz del Gernika.

Las condiciones de ese test no fueron las mejores. Según un vídeo al que ha tenido acceso ABC, los dirigentes del Mersin llevaban la mascarilla bajada y los tubos de ensayo venían ya preparados con los nombres de las jugadoras, acabando con el principio de anonimato de todo control médico.

Resuelto el trámite, el Gernika emprendió el camino hacia su hotel, situado a 100 kilómetros que se hicieron eternos. Un control de policía alargó el trayecto hasta las dos horas. «Cuando se metieron en la cama eran más de las dos de la madrugada», explica Reina. Casi 24 horas de viaje con un partido trascendental al día siguiente. Otra de las sorpresas llegó al saberse que el pabellón donde se iba a disputar el partido era otro al habitual y que estaba a una hora en autobús. Entre la distancia y el tráfico no les merecía la pena ir a hacer la sesión de tiro, así que se quedaron en el hotel. «A la hora de comer, mismo día del partido, nos comunican que Belén Arrojo -internacional española y una de las mejores del equipo- había dado positivo en las pruebas de la noche anterior y que no podía jugar. ¡Qué sorpresa!», apunta Rosó Buch , jugadora del equipo. La incredulidad es total en la expedición, porque tanto Belén como otras integrantes del vestuario acababan de pasar la enfermedad hace solo unas semanas (precisamente por este brote se había aplazado este partido de vuelta).

Resultados sospechosos

A pesar de acudir a un hospital de inmediato, los resultados de la nueva PCR a Arrojo no llegaron a tiempo y el Gernika tuvo que disputar el partido sin ella. Un problema añadido que pesó demasiado en el equipo. El ambiente durante el duelo resultó un infierno. Un pabellón pequeño, lleno al cien por cien, en el que las mascarillas eran testimoniales y en el que los insultos y los lanzamientos fueron una constante. «Tuvimos que dejar de hacer los tiempos muertos en el banquillo porque era imposible. No dejaban de tirarnos agua y de insultarnos. Además, en nuestros ataques encendían la megafonía y ponían alarmas y ruidos de todo tipo». Una odisea que terminó por hundir las opciones del equipo español que, a pesar de rozar la remontada, vio cómo los árbitros le daban el último empujón al Mersin con una antideportiva cuando más apretaban las vascas.

Por el momento, la FIBA no ha recibido ningún informe que le invite a tomar cartas en el asunto, a pesar de que lo ocurrido ha dado la vuelta al mundo. Desde el club, según ha confirmado ABC, están recopilando pruebas de lo ocurrido y no descartan elevar una queja formal al organismo que rige el baloncesto europeo. Mientras tanto, Arrojo continuaba ayer en Turquía a la espera de una segunda PCR cuyo resultado, casualmente, fue también negativo. Hoy volverá a casa con la sensación de sentirse víctima de un complot que ha roto el sueño europeo del Gernika.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación