Atlético

Griezmann ejerce de Messi

En sintonía con la grada, el francés asume su cartel de estrella e interviene en el 68 por ciento de los goles

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Es un sobreentendido que funciona en las oficinas y en los campos de entrenamiento, asumido por los casi 650 empleados –entre personal deportivo, ejecutivo y administrativo– que reciben un salario del Atlético de Madrid. El club colchonero ha levantado la estabilidad de su futuro en torno a tres pilares, que se han sucedido en el tiempo: la impronta del Cholo Simeone, el traslado del Vicente Calderón al Wanda Metropolitano y, en último término, la renovación millonaria de Griezmann. Los tres soportes se juntaron la pasada noche en el estreno de la Champions en casa para el Atlético.

Y los tres mezclaron en una perfecta sintonía. El delantero francés marcó dos goles y dio el otro a Koke, la grada se volcó cariñosa con su estrella y, en la sala de prensa, Simeone empezó a hacer campaña en favor del goleador con vistas al Balón de Oro , al asegurar que Griezmann «fue el mejor jugador del mundo el curso pasado». Lo dijo mientras Messi daba un recital en Wembley, pero el Cholo atacó por el flanco que le duele al argentino del Barcelona. «Griezmann ganó el Mundial, y eso no lo puede decir todo el mundo».

Hace un año, el carisma de Griezmann entre la parroquia dejaba mucho que desear, por no decir que estaba bajo mínimos. Ya había soliviantado al público con aquel vaticinio, había «un siete sobre diez» posibilidades de fichar por el Manchester United . Admitió luego Guillermo Amor que el Barça había realizado una oferta por el delantero. Y en ese dilema respecto a su continuidad durante todo el invierno y la primavera se generó un estado de duda mutua. La afición no se fiaba de Griezmann y el galo no se decidía.

Aquella atmósfera afectó al jugador, según reconoció el miércoles después del partido con el Brujas. «El año pasado no estaba bien. Mentalmente no tenía la cabeza para jugar... La culpa de la eliminación de la Champions fue mía ». El divorcio con el Wanda Metropolitano fue evidente, incluso con la Europa League en el bolsillo. Griezmann fue abucheado ante el Éibar, pese a que su amigo Godín enalteció a la grada: «Animadle que se queda».

«Está donde tiene que estar, eligió quedarse en el Atlético y estas son las consecuencias para él y para el club», lo ensalzó Simeone después de dos tantos al Brujas. El sueldo de Griezmann sobrepasa lo 22 millones anuales, un esfuerzo radical del club por retener a su mejor jugador que, sin embargo, abre una brecha salarial previsiblemente incómoda para el resto de los jugadores. Diego Costa, el siguiente en el escalafón, cobra casi dos tercios menos, 8,5 millones.

Llegarán otros días de zozobra para la dirección del club, pero de momento Griezmann ha afinado su estado físico después del Mundial y unas vacaciones más cortas, y ha asumido su cartel de estrella en el Atlético. No es la voz cantante en el vestuario, para eso están Godín o Diego Costa , pero sí el más determinante en el campo. Participa en el 68 por ciento de los goles que consigue el equipo.

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