Atlético

Fernando Torres, entrenador o presidente

El símbolo del Atlético se prepara para volver al club en el banquillo o en el despacho

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Comparece Fernando Torres en el Wanda vacío, en versión virtual de los nuevos tiempos decretados por el coronavirus, y presenta el documental de Amazon Prime sobre su vida que le asigna un título certero, «El último símbolo». Se encuentra de espaldas a la misma grada que le dedicó una contagiosa y emocionante despedida el 20 de mayo de 2018, con un lema igualmente preciso, «De niño a leyenda». Aunque nada que ver con el delirio que generó entre la hinchada el 4 de enero de 2015, cuando regresó como jugador al equipo de Simeone y congregó a 45.000 personas para diez minutos de intervención, toquecitos de balón, unas palabras para la parroquia y vuelta al ruedo ante tanta multitud. Hoy Fernando Torres es un señor sereno, que comunica como nadie , exfutbolista de 36 años, que se prepara para el futuro. Estudia para ser entrenador, directivo deportivo o, como reclama los aficionados, presidente. «Será difícil estar lejos del Atlético», asegura.

Desde hace tiempo se ha instalado en el Atlético un deseo en forma de nube. Igual que se habla de Piqué como futuro presidente del Barça sin otra teoría que lo sustente que su carisma y su preparación, en el club rojiblanco sucede algo parecido con Fernando Torres. Sin que se puedan calibrar las posibilidades reales del exdelantero, más allá del afecto global que genera en toda la entidad, se habla de Torres presidente. Cuestión peliaguda, sin duda, porque la familia Gil (el consejero delegado Miguel Ángel Gil Marín) es el accionista mayoritario en una sociedad anónima. No se trata de un concurso de popularidad, sino de empresa y negocios.

«No hacer maletas»

Torres conoce el terreno que pisa. La primera pregunta en la puesta de largo de su documental vuela sobre ese asunto. Y él responde con tablas y escamas de veterano. «Hace un año que me retiré, y lo que quiero ahora es disfrutar de mi tiempo, no hacer maletas, no más viajes, e ir preparándome y formándome... Como entrenador, en cursos gestión y dirección deportiva. Lo que venga no será a corto plazo».

La segunda pregunta, inevitable, profundiza en esta visión futurista que conduce al deportista hacia las oficinas o el banquillo del Wanda. «Necesito tiempo para prepararme -analiza-. El futuro me dirá si puedo volver al fútbol. Volveré al sitio donde pueda ayudar más al Atleti, no para mí, yo tengo todo lo que el fútbol me ha podido dar. Ahora necesito encontrar ese lugar . No sé cuál es el puesto, ni si existe, ni si voy a tener la oportunidad de tenerlo en el futuro. Espero estar preparado».

Torres lleva un año retirado, disfrutando de su nueva vida. Se convirtió en exfutbolista el 23 de agosto del año pasado, en un duelo con sabor a gloria del pasado. Su equipo japonés, el Sagan Tosu, se midió al Vissel Kobe, donde han apurado sus últimos sorbos de fútbol Andrés Iniesta y David Villa. Tres campeones del mundo en una última cena en Japón. Al icono de los rojiblancos le sedujo la vida fascinante de aquel país, su cultura milenaria, esa educación genética que gastan los nipones, pero no su fútbol. Por eso solo jugó un año. « Yo allí me movía en bicicleta.. . Fue una experiencia increíble, enriquecedora, podía pasear por la calle sin que nadie me dijese nada. Aprendí mucho de su cultura. Buscaba algo diferente, no quería competir al ritmo de un partido cada tres días. Pero me di cuenta que no estaba preparado para ese fútbol. Yo no sé jugar sin competir».

Luis Aragonés

En el repaso de su trayectoria, «el último símbolo» del Atlético en dura competencia con Simeone habló del magnetismo que provocó en él Luis Aragonés, «el entrenador que me dejó más huella». «La primera etapa que estuve con Luis en el Atlético me llegó muy joven. Perdí muchas lecciones de vida, no solo de fútbol. Luis me preparó para todo lo que traía el fútbol por detrás, los medios de comunicación, la necesidad de descansar, la relación con compañeros... Muchas cosas que entendí luego, según fui creciendo... Cuando volvimos a coincidir en la selección ya le entendía todo mucho mejor».

Si la inclinación de futuro lo traslada al banquillo, Torres quiere estar seguro de lo que se requiere. «La dificultad del entrenador es tremenda. Tú eres jugador, vas a entrenar y desconectas para descansar el resto del día. Pero él siempre sigue trabajando. Si yo algún día soy entrenador, tengo claro que me va a ocupar todo el día. Es un desgaste muy grande, de horas, horas y más horas...». Si el Cholo decide marcharse, el Atlético puede tener en Torres al sustituto ideal.

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