La última maravilla del malabarista Falcao

Pese a encarar ya la recta final de su carrera, alejado de su mejor momento de forma por la edad, Alessandro Rosa Vieira, más conocido como Falcao, demostró que sigue siendo uno de los jugadores más habilidosos del fútbol sala mundial. Su última diablura, un golazo de tacón y en vaselina con el que levantó de sus asientos a todo un pabellón.

Brasil está disputando su «Gran Prix», un torneo amistoso que disputa desde 2005 y al que invita a varias selecciones del mundo, con el objetivo de probar su nivel y, al mismo tiempo, prepararse de cara a las próximas citas oficiales, entre las que hay un Mundial en 2016 en el que defenderá título.

En 2010, la selección brasileña invitó a esta cita a España, su máxima rival en las citas mundialistas, en la que acabaría siendo su única derrota hasta el momento en el «Grand Prix».

En partido correspondiente a la edición de este año, los brasileños barrieron de la pista a Zambia por un claro 11-2. Los africanos fueron un rival propicio para las genialidades de Falcao, el malabarista de Sao Paulo. Basta con mirar la sonrisa del portero visitante tras encajar el tanto. Seguro que a Paco Sedano o Jesús Herrero, internacionales españoles, o al italiano Stefano Mammarella, campeón de Europa con su selección, no les habría hecho tanta gracia.